Todos pasamos por una mala racha en nuestras vidas pero debemos de saber cuando tocamos fondo y nuestros problemas van más allá de lo que podemos soportar este artículo publicado por la guía de la American Psychology Association y el National Institute of Mental Health de Estados Unidos, te ayudará a que tengas claras 11 señales que indican que necesitas terapia psicológica en tu vida, echa un vistazo a continuación:
Empecemos por el principio:
Seamos sinceros…
Ir a terapia sigue siendo visto como algo “raro”, “malo” o “fuera de lo común”. Es un prejuicio que viene desde que somos pequeños, cuando a alguien de nuestro salón de clases lo mandaron con el psicólogo es que algo estaba “mal” con esa personita, o a otra persona que tuvo un problema grande lo enviaron a hablar con un especialista. A partir de ahí, nuestra visión sobre la terapia tiene una serie de prejuicios que es necesario derribar.
Lo primero que debes saber es que un psicólogo NO es sinónimo de un mejor amigo, y la terapia no significa felicidad instantánea.
Se trata de un profesional que te brindará herramientas que te ayudarán a lidiar con los problemas que se te presentarán todos los días de tu vida.
Es un proceso largo que puede durar meses, y en algunos casos, años.
En el camino, irás descubriendo partes tuyas que no te gustan, y recordando momentos difíciles de tu vida.
¿Cuándo podrías considerar buscar ayuda psicológica?
Hay veces en las que adoptamos ciertos hábitos, o comenzamos a comportarnos de alguna forma que no necesariamente es lo más saludable para nuestras mentes. Esto, aunque pareciera ~normal~, no necesariamente lo es.
Por lo mismo, nunca está de más acudir a un especialista cuando se presente alguna de las siguientes situaciones.
1. Cuando te cuesta trabajo levantarte sin ningún motivo aparente.
Es normal de vez en cuando: el despertador es nuestro peor enemigo. Cuando estamos muy cansados, o cuando nos desvelamos el día anterior, es muy posible que no queramos despertarnos, o que se nos haga tarde. Sin embargo, cuando no querer salir de la cama es la norma en tu vida, es probable que haya algo que esté provocando tu “flojera”. Según el National Institute of Mental Health de Estados Unidos, dormir de más es un síntoma de depresión, así que nunca está de más hablarlo con un profesional.
2. Cuando estás sufriendo y no logras identificar qué es lo que está haciendo tu vida tan difícil.
Hay veces en las que “no estamos para nadie”. Claro, es normal. Tenemos buenos y malos días. Sin embargo, este estado de ánimo se puede convertir en una constante y según la American Psychological Association, la sensación de desesperanza es causa importante por la que los pacientes van a terapia. Cuando tu frase favorita es “estoy harto”, tal vez sea momento de que un psicólogo te ayude a encontrar lo que provoca tu malestar.
3. Cuando dejas de hacer las cosas que te gustaban.
Todos cambiamos. Nuestras pasiones y gustos van mutando conforme vamos creciendo. Sin embargo, hay veces en las que te pones a pensar en lo que realmente te gusta hacer y no encuentras nada. Ese desinterés puede ser provocado por algo mucho más profundo e inconsciente. No pierdes nada en darle una pensada de la mano de alguien que pueda ayudarte a averiguarlo.
4. Cuando tu estado de ánimo da “bandazos”.
Es decir, cuando un día estás riendo felizmente, pero al día siguiente odias al mundo. Si eso es lo habitual en tu día a día, quizás es momento de que busques un equilibrio emocional e indagar si padeces algún tipo de trastorno emocional. Un psicólogo puede ayudarte a hacerlo.
5. Cuando todos los demás tienen la culpa de las cosas que te pasan a ti.
La responsabilidad por nuestras acciones es uno de los aspectos en los que los psicólogos nos ayudan a madurar. Todos tenemos malas rachas, y en la vida nos encontraremos con muchos obstáculos. La terapia puede ayudarte a encontrar las situaciones en donde tú puedes ser el arquitecto de tu propio destino.
“La única manera de saber qué pasa es yendo al psicólogo porque ahí descubres lo que guarda el inconsciente. Ahí se guarda lo que no está resuelto. Cuando hacemos consciencia, descubrimos lo que nos afectó, para poder sanarlo”, señala Leticia Reyes, psicóloga clínica de la Universidad de Parapsicología de Morelia.
6. Cuando tus dificultades emocionales interfieren con tus situaciones cotidianas.
Hay ocasiones en las que estás demasiado triste como para estudiar, o estás muy enojado con uno de tus compañeros y eso te hace reaccionar de formas violentas. La terapia te puede ayudar a estar mucho más en contacto con tus emociones y a disociar tus problemas inconscientes de las situaciones cotidianas.
7. Cuando intentas esconder tu verdadero estado de ánimo.
¿Cuántas veces te han preguntado por cómo estás y tu respuesta es “bien”, cuando en realidad no lo estás? Es normal, hay momentos en los que preferimos esconder nuestro estado anímico que mostrarnos tal y como estamos. Un psicólogo es una figura que nunca te juzgará si estás triste o contento, y te ayudará a entender la naturaleza de tu estado emocional.
“Cuando un niño llora, generalmente los padres le enseñan que eso está mal. Esas conductas las aprendemos durante toda la vida. Así, nuestros sentimientos se van formando en torno a lo que nuestros padres quieren que seamos, y le enseñan al niño que tener problemas es negativo. Vamos ocultando la verdad sobre lo que sentimos, y las transformamos en deshonestidad con nosotros mismos”, afirma Leticia Reyes.
8. Cuando tus acciones son nocivas para ti o para los demás.
Este es otro de los síntomas que la APA señala como una buena oportunidad para acudir con un especialista. Por ejemplo, tomaste demasiado y te pusiste violento sin causa aparente. O sin saberlo, estás comiendo por ansiedad y estás subiendo de peso. Probablemente existe una explicación a estas conductas, y un especialista puede ayudarte a entender lo que realmente está pasando ahí adentro.
9. Cuando te sientes solo, a pesar de que estás rodeado de familia y amigos.
Sentirse incomprendido es uno de los peores sentimientos que alguien puede tener. Sabes que la gente está ahí, pero en realidad nadie te entiende. Cuando vas a terapia, comienzas a entender que para que los demás estén ahí, contigo, es fundamental que estés tú primero contigo. No puedes querer bien a nadie si no te quieres bien a ti.
10. Cuando tuviste una pérdida importante en tu vida.
Esta es una de las razones más comunes por las que la gente comienza a ir a terapia. No es fácil lidiar con una muerte, el divorcio de tus padres, terminar una relación, cuando te mudas de ciudad o el simple el hecho de que tu mascota ya no va a estar ahí. Un psicólogo te puede ayudar a lidiar con la pérdida y hacer las pases con tu nueva realidad.
11. Tal vez sólo necesitas a alguien con quién hablar.
Existen muchas otras razones por las cuales las personas van a terapia.
Algunos incluso, lo hacen en un afán de autodescubrimiento, para conocer quiénes somos realmente y aprender a estar en contacto con nuestras emociones.
MUY IMPORTANTE: Existen varias escuelas de psicología y psicoanálisis: no todas son para cualquier persona.
Antes de tomar una decisión, conversa con las personas que han ido con un psicólogo.
Es importante, en primer lugar, porque te hará saber que no estás solo. Te darán tips, e incluso podrían recomendarte a alguien. Es probable que tu terapeuta no te caiga bien, o te imponga las primeras veces, pero con el tiempo te darás cuenta de dos cosas muy importantes:
- A esa persona no le importa quién eres, no te va a juzgar por nada.
- Estás pagando. Haz que valga. No vas a engañar a nadie ahí, más que a ti.
Este post fue escrito con la guía de la American Psychology Association y el National Institute of Mental Health de Estados Unidos.
Vía: Buzzfeed