A pesar de ser uno de los países más pequeños y pobres de África en el que los abusos y la violencia doméstica son vistos como algo común, Gambia acaba de ganar una significativa batalla.
El presidente Yahya Jammeh decretó con efecto inmediato la prohibición de la práctica de la mutilación genital femenina, tras concluir que se trata de una práctica tradicional no dictada por la religión musulmana.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) señaló que aproximadamente tres cuartas partes de la población femenina en el país ha sido sometida a dicha práctica






