Aplica estos útiles tips para hacerte la vida mas fácil y dejar a un lado la plancha, te aseguro que te resolverán en muchas ocasiones son bastante prácticos y económicos, echa un vistazo a continuación:
1. Colócala junto a un cubo de hielo en la secadora
Si secas tu ropa en la secadora, una opción para no tener que plancharla luego es retirarla inmediatamente después de que termine el secado (si la dejas allí se arrugará), y colgarla prolijamente o ponértela en ese momento.
Pero si la ropa ya está seca, una opción para quitarle las arrugas que ya se han formado es volver a colocarla en la secadora con un cubo de hielo. Éste se transformará en vapor de agua penetrando en las fibras de la ropa y eliminando las arrugas. Luego debes tenderla de inmediato para que no vuelvan a formarse.
Otra opción es rociarla con un poco de agua antes de meterla a la secadora, o colocarla con un calcetín húmedo que genere vapor.
2. Cuelga las prendas cerca de la ducha
Colgar las camisas secas en el baño mientras tomas una ducha de agua caliente es una excelente idea para alisarlas, porque el vapor quitará las arrugas. Debes colocarlas lo más cerca posible del agua y del calor, pero procurando que no se mojen.
La puerta del baño debe estar bien cerrada para que el vapor no se escape, y debes asegurarte de que la ropa esté bien estirada. 15 minutos de exposición al vapor bastarán para alisar las prendas.
3. Utiliza como plancha el fondo de una olla
Esta solución puede serte muy útil cuando viajes y no tengas plancha. Para hacerla, llena con agua una olla grande con asa. Calienta el agua hasta que hierva, y luego vacíala (puedes guardar el agua para cocinar) y utilízala para planchar la prenda.
Debes tener mucho cuidado de no quemarte, y quizás debas calentar varias veces la olla ya que no se mantendrá a la misma temperatura por mucho tiempo, pero es un método que podrá sacarte de un apuro.
4. Utiliza una plancha para el cabello
Si bien para realizar este método necesitas tener a mano una plancha para el cabello, es un elemento que podrías llevar de viaje.
Aunque no puedes planchar de esta manera una prenda entera, el método te servirá para las áreas más notorias, como los bordes. Además, es una buena forma de alcanzar zonas difíciles de planchar, como los espacios entre botones o los cuellos de las camisas, por eso puedes utilizarlo también en tu hogar cuando lo necesites. Nota: asegúrate de que no queden restos de productos para el pelo en la plancha, porque pueden dañar la ropa.
5. Utiliza el secador de pelo
Otro elemento que quizás tengas a mano y puede servirte para alisar la ropa, es un secador de cabello que funcione con calor. Para lograr que estire la ropa, deberás rociarla antes con unas gotas de agua, y luego secarla bien estirada. Procura no mojarla demasiado, porque secarla demorará mucho tiempo.
Debes mantener la secadora a unos 5 centímetros de la ropa para que no tome demasiado calor y pueda quemarla. Es recomendable que para intentar este método la ropa esté colgada, y apliques uniformemente el calor.
6. Utiliza un hervidor de agua
Ya sabes que el vapor quita las arrugas, pero si no puedes colgar las prendas cerca de la ducha y tienes que alizar una superficie pequeña, puedes poner a calentar agua y aprovechar el vapor que sale del hervidor de agua o pava eléctrica.
Luego, aprovecha el agua caliente para tomar una rica taza de té.
7. Enrolla y aplana la ropa
Si estás en una situación en la que realmente no puedes recurrir a ninguno de los elementos anteriores, ni siquiera al vapor de la ducha, aun te queda una opción. Demora más tiempo, pero funciona al igual que las otras.
Enrolla la ropa de forma que quede lo más apretada posible. Luego, colócala bajo el colchón de la cama, un sillón, o alguna otra superficie que la aplaste por completo. Si puedes, déjalo toda la noche. Al día siguiente, la ropa estará mucho menos arrugada que antes.
Dependiendo el tipo de prenda, también puede ser conveniente colocarla bajo el colchón estirada, en lugar de enrollada.
8. Alisa la ropa con una toalla húmeda
Otra forma de alisar la ropa cuando no tienes otro elemento con el que hacerlo, es utilizar una toalla húmeda. Coloca la ropa sobre una superficie plana, y pon encima una toalla húmeda. Presiona hacia abajo. Luego, quita la toalla y deja que se seque.
También puedes colocar la prenda, si es pequeña, sobre la toalla bien estirada y enrollarla al igual que en el método anterior. Debido a la humedad, funcionará más rápido que si colocas la prenda debajo de la cama, pero deberás secarla luego.