Era la primera noche de las vacaciones de Navidad en 2008. Shelby Allen de 17 años, una atleta estrella y estudiante modelo, pidió permiso a sus padres para pasar la noche en la casa de su amiga Alyssa. Sus papás no tuvieron problema con la petición a pesar de ser conocidos como unos de los más estrictos en su vecindario de California, Estados Unidos.
Después de que Shelby y Alissa regresaron de cenar esa noche, Jane, otra de sus amigas, las invitó a su casa. Jane le dijo a Shelby en un mensaje que ella y su familia estaban tomando.
Shelby había sido sorprendida bebiendo por su madre antes, y desde entonces, Debbie vigilaba con más cuidado a su hija. Sin embargo, esta vez ella no sabía que la chica iba a la casa de Jane. A lo largo de la noche, Shelby envió mensajes y fotos de la reunión en la casa de Jane. Pero cuando los padres de Jane fueron a la cama las cosas tomaron un giro inesperado.
De acuerdo con una declaración hecha a la policía, antes de que los padres de Jane fueran a la cama a la 1:00 am, le advirtieron a las chicas que no bebieran.
Ellas no escucharon. A la 1:08 am, Shelby tomó su primer trago de Vodka. La meta era tomar 14 más en el transcurso de la noche. 50 minutos después, había cumplido su objetivo y empezó a sentirse mal.
“Honestamente no sé por qué ella tenía ese número en la cabeza. Tal vez lo vio en otra fiesta. Todas le dijimos que era una mala idea pero ella estaba determinada”.
-Alyssa-
Sus amigas la llevaron al baño donde ella dejó de responder. Cuando Jane vio a Shelby con convulsiones y náuseas, le envió un mensaje a un amigo en busca de ayuda, pero él no pudo ir.
Según Good Housekeeping, sus amigas la apoyaron en el inodoro y continuaron viendo como estaba hasta que ellas misma se quedaron dormidas.
A la mañana siguiente, el padre de Jane se encontró con su hija antes de salir por la puerta. Preguntó cómo estuvo la noche anterior. Jane mencionó que Shelby no se sentía bien, pero no parecía muy alarmada.
Una hora más tarde, Alyssa se despertó y fue a ver a su amiga. Encontró a Shelby todavía desplomada en el baño con el rostro cubierto de sangre y su cuello magullado de dormirse en el inodoro durante mucho tiempo, hasta el punto que parecía que alguien la había “estrangulado”.
Alyssa le gritó a una de las hermanas mayores de Jane, que llamaron a su padre para que regresara a casa. Cuando vio el estado Shelby llamó al 911 inmediatamente. En el momento en que los técnicos sanitarios llegaron a la casa, detectaron un ligero pulso, pero no fueron capaces de revivir a Shelby.
A las 9:40 am el 20 de diciembre de 2008, Shelby Allen fue declarada muerta con un nivel de alcohol en la sangre de 0.33, una cantidad equivalente a una botella de agua de 236 mililitros.
La mamá de Shelby, quien perdió a un niño debido al síndrome de muerte súbita infantil en 1987, recuerda un momento que tuvo con su hija poco antes de que ella falleciera.
“Poco antes de perder Shelby vimos ‘Magnolias de acero’ juntas. Shelby muere en la película y recuerdo que pensé mientras veía a mi querida niña junto a mí, ‘¿Cómo podía estar sin ella?’ Le dije a mi Shelby: ‘No dejes este mundo antes que yo; no podría soportarlo de nuevo’. “Nos sentamos allí llorando juntas, y ella dijo: ‘Mamá, no te preocupes. No lo haré’”
-Debbie-
El padre de Shelby conoció la mayor parte de lo que pasó esa noche a través de imágenes y mensajes en el teléfono de su hija, pero cuando buscaron más respuestas, los que estaban con Shelby esa trágica noche guardaron silencio. La familia de Shelby creyó que la única manera de conseguir esas respuestas era ir a la policía.
Sin embargo, debido a una ley en California descrita como “alojamiento social”, que establece que los que optan por beber, y no los que proporcionan alcohol, son responsables de las consecuencias, los padres de Jane podrían no tener cargos criminales en su contra.
Debbie dijo que Jane debería haber llamado al 911 el momento en que Shelby comenzó a convulsionar. Los abogados de la madre de la víctima acusaron a Jane de homicidio involuntario, pero el juez la absolvió de todos los cargos, citando “la intención inquebrantable” de Shelby para alcanzar una meta de 15 tragos.
Ahora, Debbie ha dedicado su vida a educar a los niños sobre los peligros del consumo excesivo de alcohol. Además ha buscado que las leyes de consumo de alcohol y de alojamiento social para menores de edad sean más estrictas. Sus consejos son directos: “Si una persona se durmió por beber mucho, trata de despertarla. Y si no responde llama al 911”.
“La vida te da dos opciones cuando sufres una tragedia: renunciar o seguir adelante. Tengo un marido y otro hijo a quien amar y cuidar. Tengo que seguir adelante, por su bien”.
-Debbie-
No se puede satanizar el consumo de alcohol, pero tampoco se puede tomar a la ligera que es la droga legal que más accidentes mortales causa en el mundo. Si bien no es malo beberlo, se debe tener una cultura de prevención y consumo moderado. En este proceso los padres también deben de jugar un papel importante donde no les prohiban a sus hijos beber, sino mostrarles un panorama completo sobre las consecuencias de esta actividad. Sobra decir que la comunicación es muy importante.