Brittani Fulfer comenzó con su drama cuando apenas tenía cinco años. Fue a esa temprana edad cuando fue abusada por un miembro de su familia. Desde entonces, su escape fue la comida. Pero aumentó tanto su peso que su vida se volvió una pesadilla.
Al casarse con Bill Fulfer, Brittani pesaba 177 kilogramos. Sin embargo, al poco tiempo su desesperación por la comida la llevó nada menos que a los 273 kilogramos. Fue allí cuando su vida en pareja comenzó a tornarse inviable. Tanto que durante un año no tuvo sexo con su marido. Ni siquiera dejaba que la viera desnuda.
Brittani tenía serias dificultades para bañarse. Incluso, no quería que su marido Bill la viera.
“Mi marido no me ve sin ropa la mayoría de las veces. No camino por ahí sin ropa porque temo que él le desagrade si me ve y que nunca más me vea como antes. Por eso me oculto y no hago nada en todo el día”, relató Brittani en el programa Mi vida con 270 kilos dedicado a la obesidad. Lo único que hacía en su vida era sentarse en un sofá en la sala principal de su casa y comer. “Sólo me movía para buscar más comida”.
Bañarse también representa un problema para esta británica que decidió cambiar su vida sometiéndose a una cirugía para frenar su compulsión por la comida. “Es extenuante”, explica Brittani cuando le preguntan sobre la manera en que se higieniza a diario. Pero los problemas de esta mujer de 32 años no terminan allí. A los 19 años fue diagnosticada con cáncer de tiroides, situación que aún la complica en deteriminadas oportunidades.
Brittani, durante una entrevista al programa “Mi vida con 270 kilos”.
Cansada de esta vida y sin encontrar una salida a su obesidad, Brittani decidió participar del reality show para poder acceder a una operación de by pass gástrico. “Pienso en no parar de comer desde el momento en que me despierto hasta el que me voy a dormir”, relató desesperada ante los conductores.
La depresión la somete a diario: “La mayoría del tiempo me digo ‘tal vez sea mejor si no despierto’ porque cada día me miro al espejo y digo ‘qué te has hecho’. Sé que no es normal, pero no recuerdo cuando la comida no fue lo más importante para mí”.
Brittani Fulfer no paraba de comer. “Tal vez sea mejor si no despierto”, llegó a pensar en reiteradas ocasiones.
“Un cuerpo humano no debería lucir de la manera en que lo hace el mío. Es lo más desagradable en el mundo”, se apena Brittani ante las cámaras. Luego de pedir ayuda, logró bajar 98 kilos en un año. Eso salvó a su matrimonio. Se reencontró en la intimidad con su Bill y pudieron mantener relaciones luego de un año. “Estamos cerca juntos y ahora tenemos intimidad como una mujer y su marido y no sólo como compañeros de habitación. ¡Somos de nuevo como recién casados!”.
