No dudamos que sea una gran, y única, experiencia en la vida eso de ser madre, pero no todo el mundo lo concibe así. De este modo, hay mujeres que no quieren ser madres, importándoles bien poco la opinión que la gente tenga de ellas.
Algunas no están dispuestas a abandonar su vida actual, otras lo ven como un sufrimientos, y a la mayoría simplemente no le da la gana ser madre. Por eso, repasamos algunos de los motivos que les llevan a esa tajante decisión.
1.- No me gustan los niños
Las mujeres pueden dar miles de ‘excusas’ o razones por las que no quieren ser madres. Pero la verdad es que hay una, y la más importante: no les gustan los niños. Vale que pueden estar con ellos, pero que no sea más de cinco minutos seguidos. Todos pueden ser muy ‘monos’ cuando les ves por primera vez, pero el instinto maternal se queda ahí.
En definitiva, hay mujeres que ni buscan ni quieren ser madres. Todo en la vida se puede elegir y si ese es el camino que ellas han decidido tomar… ¡Adelante! Porque la vida sin hijos también es posible.
2.- El sufrimiento en el parto me echa para atrás
El parto es una de las razones por las que muchas mujeres reniegan de ser madres. Y es que por mucho que se asegure que no es ‘nada del otro mundo’, hay que verse en la situación. Porque, sinceramente, ¿es tan bonito como lo pintan las que han pasado por ello?
Vale que pueda ser una experiencia única en la vida, lo aceptamos, pero de ahí a que sea algo por lo que toda mujer quiera pasar… hay un largo camino. Porque, para qué nos vamos a engañar, tiene que ser doloroso, muy doloroso.
Por eso, ¿por qué tenemos que pasar por ese sufrimiento si es algo que se puede evitar? Y esos es precisamente lo que piensan esas mujeres a las que no les da la gana ser madres. Si ellas no quieren sufrir, pues bien, es su decisión. Se acepta igual que la que aceptamos de las que quieren vivir ese momento y esa experiencia.
3.- Quiero viajar y conocer mundo
Otra de las razones por las que no toda mujer quiere ser madre es la de querer vivir, ver mundo, disfrutar de la vida… Porque claro, tener un niño te limita, y mucho. No es lo mismo ir sin preocupaciones, que tener que prestar atención, y mucha, a una criatura que está a tu cargo.
¿A quién no le gusta hacer alguna que otra locura? Irse de fin de semana, vivir en el extranjero un tiempo, quedar a tomar algo con los amigos o simplemente ir al cine. Pues bien, todos esos magníficos planes se te acaban cuando un hijo llega a tu vida. Puede decirse que se acabó eso de tener vida social.
Ahora tendrás que ir cargada con pañales y biberones a todas partes, te marcharás antes de tiempo porque tu hijo ‘esté cansado’ y si quieres irte de viaje, tiene dos opciones, te le llevas contigo o se lo intentas ‘encasquetar’ a los abuelos… Por esas y otras razones hay mujeres a las que se les quitan las ganas de ser madre.
4.- No quiero tener ataduras
Las ataduras, las dependencias, no son buenas. Y precisamente eso es lo que piensan las mujeres que no quieren depender de nadie. Y cuando decimos nadie es nadie. Vivir la vida como se quiere y como les da la gana es su prioridad, y no necesitan tener a nadie a su lado.
Dependen de alguien conlleva sus consecuencias, unas consecuencias que no todo el mundo está dispuesto a asumir. Qué necesidad hay de tener que cuidar de alguien o dar explicaciones a alguien de todo lo que se haga o se vaya a hacer… Y aquí no sólo entra en juego los hijos, sino que también las parejas.
Hay mujeres que no quieren tener responsabilidades, por lo que la idea de los hijos desaparece de su mente. Porque, sinceramente, en la vida no todo es marido e hijos… y por eso tampoco tienes porque ser una ‘solterona amargada’.
5.- La hora no se me va a pasar ni ahora ni nunca
Y bueno, la frase de ‘se te va a pasar la hora’ eso sí que es el colmo de los colmos. Y es que no hay peor comentario que ese. Con el te dan a entender no sólo que es una obligación el quedarte embarazada, sino que tienes hasta fecha límite para hacerlo.
La hora se les podrá pasar, pero es que igual ellas quieren que se les pase. A ver si se creen que por decirlo van a convencer de lo contrario. Y es que eso de querer, o no, ser madre tiene que ir en la personalidad de cada uno. Porque por mucho que intenten animar a esas mujeres, resultará difícil que cedan y acepten.
Les dará igual estar en edad o no de poner tener un hijo. Y habrá casos en los que el espíritu de la eterna juventud no desparezca nunca, por lo que quedarse embaraza no entrará en sus planes de futuro.
6.- Soy demasiado egoísta
El tiempo de toda mujer, y de cualquier persona, es muy valioso. Y eso de tener que compartirlo no sienta demasiado bien a muchos. Y es que en el momento en el que se tiene un hijo, olvídate de tener tiempo y espacio para ti.
De ahí que las féminas prefieras no tener hijos a tener que sacrificar su valioso y necesario tiempo. Una actitud que puede ser considera demasiado egoísta, pero a la que ellas responden con total naturalidad. Si su prioridad es dedicarse a ellas mismas, por qué lo van a sacrificar por algo que ni siquiera es una obligación.
Y por mucho que las intenten convencer de que perderán una de las mejores cosas que te puede dar la vida, ellas seguirán en sus trece. Y es que las prioridades son muy diferentes en cada persona.
7.- Ni tengo ni quiero tener instinto maternal
Hay quien dice que eso de ser madre se lleva dentro o no, y parece ser verdad. Eso es lo que podríamos llamar el instinto maternal, y no toda mujer tiene que tenerlo. No es una ninguna obligación desear o necesitar tener un hijo…
Al igual que hay niñas, adolescentes o mujeres que sueñan con tener un hijo en el futuro, también las hay de las que aborrecen la idea de sólo tener que verse en esa situación. Se trata de algo que se tiene o no se tiene. No podemos buscar el instinto maternal, eso viene en cada uno.
Tener un hijo conlleva una serie de responsabilidades, y hay gente que teme tanto los compromisos como las responsabilidades. Por eso, si hay algo que nos ‘viene grande’, algo que no está a nuestro alcance, es mejor dejarlo pasar.
8.- No es la mejor época para ello.
Otra razón por la que las mujeres echan el freno a la hora de tener un hijo se debe a la situación económica. Y la verdad es que con los tiempos que corren como para quedarse embaraza.
Hay parejas que no pueden llegar a fin de mes, una situación como para ponerse a pensar en tener un hijo. Porque claro, los gastos que derivan sus cuidados, no son ni escasos ni baratos que digamos. Por lo que si no quieres ser íntimo amigo de la calculadora y las ofertas, piénsalo dos veces antes de dar el gran paso.
Y no olvides que no es un gasto a corto plazo, sino que en un futuro esos gastos irán en aumento, y cada vez más. Piensa en su adolescencia, en sus estudios y en su futuro. No es de extrañar que a algunos se les quite las ganas.
9.- Me niego a que sea una imposición social
Ser madre no es una obligación, pero parece que el papel de la mujer se resume en eso. Y es que eso de formar una familia, tener hijos, ser felices y comer perdices es el cuento perfecto, pero resulta que no todas las mujeres quieren ser las princesas de esas fantasías.
Ser mujer no implica ser madre o esposa, y de ahí que muchas féminas escriban sus propios cuentos. Y es que esa no es la única manera de encontrar la felicidad.
Por mucho que puede estar mal visto o criticado que una mujer no quiera quedarse embaraza, esa es la realidad, y sobre todo, esa es su vida. Ni todos somos iguales, ni todos tenemos las mismas perspectivas de la vida y de la felicidad. Porque si a uno le llena de felicidad tener un hijo a otro le puede resultar igual de satisfactorio no tenerlo.
10.- Con cuidar de mí misma tengo suficiente
Somos conscientes que tener un hijo implica madurar, ser responsable y sobre todo, tener los pies en la tierra. No nos olvidemos que no es lo mismo ‘vivir a mi rollo y a mi bola’ que vivir y compartir mi vida con alguien que depende de mí.
Si para algunas mujeres resulta difícil cuidarse de ellas mismas, cómo se van a plantear tener que hacerlo de alguien.
La vida de una persona cambia por completo con la llegada de un bebé. No sólo tus costumbres y tus rutinas, sino que mucho más. Hay que organizarse, tomar decisiones, ordenar tus ideas, y elegir el camino adecuado. Una serie de cosas que ni muchas mujeres, ni tampoco hombres, están dispuestos a hacer.