La cirugía se plantea como una opción de solucionar las quemaduras, pero su acción benéfica no está confirmada.
El puntero láser es una de los regalos más deseados por los niños del mundo. Parece una especie de armamento superhéroe y por alguna razón, sienten una dicha descomunal al apuntar con la luz desde la distancia. Sin embargo, el siguiente caso demostró que los láser no son juguetes para niños y que hay que tomar precauciones al usarlos.
Un niño australiano de 14 años, recibió un puntero láser como regalo de sus padres. Como suelen hacer muchos, el pequeño jugaba apuntarse los ojos con el láser constantemente. No sentía dolor ni molestias, pero en una visita al oculista, el médico le informó que había perdido el 75 % de su visión.
El láser fue lo que quemó su retina, cerca de la parte posterior del ojo, algo bastante grave ya que los anteojos ópticos no sirven como ayuda. La cirugía se plantea como una opción de solucionar las quemaduras, pero su acción benéfica no está confirmada.
El caso es lamentable, pero sienta un precedente y sirve para advertir a los padres que los punteros láser no son los mejores juguetes que pueden regalarle a sus hijos.