11 de los desórdenes mentales más EXTRAÑOS del mundo

Nuestra mente tiene un funcionamiento complejo…

Lo suficiente como para dar lugar a síndromes extraños o poco usuales, en general, compartimos un sentido de la realidad que hace que podamos vivir en sociedad, pero en algunos casos puede suceder que ciertas alteraciones trastoquen la concepción unitaria que tenemos del mundo que nos rodea.

Échales un vistazo:

1. Ilusión de cristal.

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Quienes padecen este síndrome psiquiátrico sienten que están hechos de cristal y ¡Que pueden romperse ante el más mínimo golpe!, aquí se encuentra trastocado el criterio de realidad, por lo que por más que se quiera explicar a la persona que su creencia no tiene fundamento, es muy difícil que pueda abandonarla… Entre los siglos XV a XVIII, este trastorno era mucho más frecuente, sin ir más lejos, Miguel de Cervantes usó un personaje en sus Novelas Ejemplares que se llamaba El licenciado Vidriera, quien padecía este síndrome.

2. Síndrome de Cotard.

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Este síndrome es raro porque es difícil poner en palabras lo que viven quienes lo padecen: La gente con Síndrome de Cotard cree estar muerta o pertenecer a un plano de la realidad distinto al de los demás, llegando así a negar la existencia de su cuerpo como algo vivo o como algo que acompañe a su mente… Pueden llegar a pensar que su carne se está pudriendo, que sus órganos internos se están desintegrando o que ellos mismos han dejado de existir en su totalidad.

3. Síndrome de Capgras.

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Este síndrome afecta la forma en que la persona se relaciona con los demás: Las personas que lo sufren llegan a creer que ciertas personas han sido sustituidas por impostores o dobles, pueden reconocer la cara, la forma de vestir y de caminar de alguien, por ejemplo, de su padre, pero van a negar que sea su progenitor alegando que la identidad es otra… Dado que para ellos se trata de otra persona que ha robado la identidad de sus seres queridos y/o conocidos, reaccionan hostilmente ante lo que ven.

4. Síndrome de Alicia en el país de las maravillas.

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Como la protagonista de la historia de Lewis Carroll, las personas refieren alteraciones en su percepción visual y en su imagen corporal: Esto quiere decir que perciben incorrectamente partes de su cuerpo y los objetos creyendo que estos son mucho más grandes o pequeños que en la realidad, así como también puede haber dificultad en relación a la percepción del tiempo… Este síndrome suele ser diagnosticado mayormente durante la infancia, los síntomas tienden a desaparecer hacia la adolescencia, y algunos pueden llegar a sentirlos durante toda la vida, especialmente al comenzar el sueño.

5. Síndrome de Anton.

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Este síndrome conforma una variante de la ceguera cortical en la que la persona actúa como si pudiera ver… Si bien en estos casos hay una lesión de las áreas visuales asociativas, los ojos funcionan bien y las pupilas reaccionan ante el cambio de la luz, dado que por la lesión los lóbulos occipitales no funcionan bien, los datos que llegan a partir de los nervios ópticos no llegan a procesarse de manera adecuada como para formar una imagen: Esto no impide que alguna áreas del cerebro actúen como si les estuviera llegando esa información, por ende, estas personas tienden a fabular, negando la ceguera sufrida, dando explicaciones diversas cuando no llegan a ver correctamente o cuando se tropiezan.

6. Síndrome de Fregoli.

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Quienes padecen este síndrome, creen conocer a gente a quienes en realidad nunca vieron o que distintas personas son una sola: Llegan a pensar que una o varias personas pueden cambiar de apariencia por la de alguien conocido y perseguirlos… Se acompaña de ideas paranoicas y de manía persecutoria que se derivan de esa extraña sensación que tiene la persona. Se lo denomina así gracias al actor y transformista italiano Leopoldo Fregoli, quien tenía la capacidad de interpretar distintos personajes con admirable versatilidad.

7. Síndrome de la mano ajena.

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A las personas con el síndrome de la mano ajena les sucede que perciben que sus manos actúan por voluntad propia, sin que su mente juegue algún papel en los movimientos que despliegan… Esto puede acompañarse de la sensación de que la mano no les pertenece sino que es parte de una entidad extraña. Estas manifestaciones forman parte de una enfermedad neurológica rara que se hizo un poco más conocida con la película Dr. Strangelove. Allí, Peter Sellers encarnaba a alguien cuya mano parecía cobrar vida propia. Por esta película, algunos comenzaron a denominar a estos síntomas como síndrome del Dr. Strangelove.

8. Síndrome de Bálint.

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Este síndrome hace referencia a la alteración en las imágenes que se ven y en la coordinación del movimiento de las personas que lo padecen, el mismo puede englobar tres categorías de síntomas: la imposibilidad de procesar las imágenes en conjunto y poder determinar, por ejemplo, que varias cosas forman parte de un mismo escenario, problema para coordinar los movimientos de los brazos de acuerdo a lo que está viendo y dificultades para mover los ojos… Esto hace que alguien con este síndrome pueda ver a alguien que tiene frente a sí mismo pero no a su costado o más lejos ya que no va a poder ver las cosas en conjunto sino por separado. Asimismo, sólo va a poder agarrar un objeto con las manos luego de muchos intentos aunque lo esté mirando. Lo que es peor, si lo agarra, lo más probable es que lo haga por casualidad y no por haber ubicado dónde está realmente el objeto y coordinado adecuadamente para alcanzarlo.

9. Síndrome de Otelo.

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También llamado Celotipia, sus síntomas forman parte de un cuadro delirante en el que la persona cree firmemente que es engañada por su pareja: Sus celos los llevan a realizar hipótesis extrañas con detalles que muchas veces no cuadran dentro de la lógica pero a los que se aferran… Este cuadro puede traer graves consecuencias no sólo para quien lo sufre sino también para la gente de su entorno, se han registrado casos extremos en los que se ha cometido homicidio. Esto último aplica a la vida real, no sólo a la ficción como en la obra homónima de Shakespeare.

10. Síndrome de Münchhausen.

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Su nombre proviene de un mercenario militar alemán, Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchhausen (1720-1797), famoso por narrar historias ficticias sobre sus conquistas y aventuras… Quienes tienen este trastorno, fingen estar enfermas o accidentadas para lograr ser cuidadas, pueden llegar a generarse lesiones y heridas para ser asistidos. Para considerarse el diagnóstico de este trastorno, la persona debe fingir el encontrarse mal de salud en forma repetida y consistente, es decir, no se lo considera si la persona lo hace de manera aislada.

11. Síndrome de Münchhausen por poder.

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Aunque sea similar en su nombre al anterior, no deben ser confundidos: El síndrome de Münchhausen por poder se refiere a un trastorno que presenta una persona, generalmente el cuidador, madre o padre de un niño al que le causa lesiones, enfermedades o trastornos: El menor a quien debe proteger y que pasa a ser la víctima, generalmente, es el hijo. Quien sufre este trastorno, suele ser vista por los demás como una persona colaboradora y dispuesta a velar por la salud del niño, sin embargo, esto puede suceder para aprovechar la proximidad al menor y el control que se tiene en el escenario, por ejemplo: algunos les suministran medicamentos por vía intravenosa durante años o veneno… Se considera que un 10% de los niños que son víctimas de alguien con este trastorno llegan a morir.