¿Tienes un miedo irracional a estar solo y por ello, pasas de una relación a otra? ¿No sabes tomar decisiones sin consejo y dependes de los demás a costa de ti mismo? Este artículo es para ti.
Tal como señalamos en el artículo anterior sobre el Trastorno de Personalidad Narcisista, la personalidad es la organización más o menos estable y duradera del carácter, el temperamento, la inteligencia ay el físico de una persona y que determina su forma de adaptación al medio en el que vive .
En este sentido, se habla de trastorno de la personalidad cuando se identifica un patrón constante de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura de la persona, de manera generalizada y poco flexible y que ocasiona malestar y deterioro a quien lo experimenta. Dicho patrón debe manifestarse en dos o más de las siguientes áreas: cognición, afectividad, actividad interpersonal y control de impulsos; caracterizándose por alteraciones en el funcionamiento de la personalidad y rasgos de personalidad patológicos.
Así, dentro del grupo de trastornos del tipo ansioso-temeroso, surge el Trastorno dependiente de la personalidad, presente en un 0,5% de la población.
Quienes sufren este trastorno poseen una necesidad general y excesiva de que se ocupen de ellos, ocasionando comportamientos de sumisión, adhesión y temor a la separación. En estos casos, hablamos de dependencia patológica; que genera incapacidad para la toma de decisiones e incluso, puede llevar a tolerar abusos.
Según el Manuel de criterios diagnósticos de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-V), dicho trastorno se constituye como tal si se cumplen al menos cinco o más de los siguientes criterios:
- Tiene dificultades para tomar las decisiones cotidianas si no cuenta con un excesivo consejo y reafirmación por parte de los demás.
- Necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida.
- Tiene dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido al temor a la pérdida de apoyo o aprobación.
- Tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera (debido a la falta de confianza en su propio juicio o en sus capacidades más que a una falta de motivación o energía).
- Va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás, hasta el punto de presentarse voluntario para realizar tareas desagradables.
- Se siente incómodo o desamparado cuando está sólo debido a sus temores exagerados a ser incapaz de cuidar de sí mismo.
- Cuando termina una relación importante, busca urgentemente otra relación que le proporcione el cuidado y el apoyo que necesita.
- Está preocupado de forma no realista por el miedo a que le abandonen y tenga que cuidar de sí mismo.
Este tipo de trastornos puede coexistir con otros del tipo de los trastornos depresivos, de la conducta alimentarios, de ansiedad y/o consumo de sustancias. Además, posee un alto riesgo de suicidio.
Por ello y todo lo anteriormente señalado, es imprescindible que estas personas busquen ayuda psicoterapéutica. Si te sientes identificado, no dudes en consultar con un especialista.