Que este lunes, 29 de febrero, esté reflejado en el calendario ha provocado que el 2016 sea un año bisiesto.
Esta particularidad sucede cada cuatro años y sirve para corregir las ‘irregularidades’ que se van acumulando en el almanaque. En realidad, cada año tiene 365 días, 5 horas y 48 minutos, unas cifras ‘extra’ que no se contabilizan y que motivan que cada cuatrienios sume un nuevo día. De esta manera, los años bisiestos se componen de 366 días, uno más de lo habitual.
La expresión ‘año bisiesto’ deriva del latín ‘bis sextus dies ante calendas martii’ (sexto día antes del mes de marzo), que correspondía a un día extra intercalado entre el 23 y el 24 de febrero por Julio César.
Esto se debe a que, en el calendario juliano, el 24 de febrero era el sexto día antes de las calendas (primer día del mes) de marzo. Los romanos no contaban los días del mes del 1 al 31, sino que tomaban tres fechas de referencia: calendas, nonas e idus. Para contar se incluía el día de referencia (en este caso, el 1 de marzo). Ya en el calendario gregoriano, hecho por el papa Gregorio XIII y que se usa actualmente, este día extra se colocó al final del mes de febrero, que en vez de 28, pasa a tener 29 días.
La probabilidad de nacer en un día como el 29 de febrero es de 1 entre 1.461
En cuanto a las ‘reglas’ para decidir qué año es bisiesto, en el calendario juliano se consideraban bisiestos los años divisibles entre cuatro. Para el gregoriano, la norma que se aplica es que un año es bisiesto si es divisible entre cuatro, a menos que sea divisible entre 100. Sin embargo, si un año es divisible entre 100 y además es divisible entre 400, también resulta bisiesto. Los expertos han explicado que este sistema elimina los años que determinan el fin de cada siglo y que terminan en 00, cuyo siglo no es múltiplo de 4.
Historia del año bisiesto
La historia del día añadido en los años bisiestos comienza en el año 49 a.C., cuando el dirigente Julio César llegó a Egipto y encontró un excelente calendario en las tierras de la faraona egipcia Cleopatra. En comparación, el romano estaba lleno de desfases y resultaba mucho más impreciso. Fue entonces cuando delegó a Sosígenes de Alejandría, astrónomo, matemático y filósofo, la tarea de diseñar el conocido como calendario juliano.
Éste poseía una duración de 365 días y una jornada adicional inicialmente cada cuatro años para compensar una irregularidad natural producida por la revolución no sincrónica de la Tierra en torno al Sol. La compensación de los desfases que tenía acumulados el calendario romano obligó a que el año 46 a.C. se convirtiera en el año más largo de la historia, con 445 días de duración para compensar e iniciar nuevamente de cero. A este inusual año se le llamó “año juliano” o el “año de la confusión”, según apunta Wikipedia.
Ya los egipcios sabían que cada cuatro años la salida helíaca de la estrella Sothis (Sirius) se retrasaba un día, dando inicio al año nuevo. Sin embargo, doscientos años antes, en el concilio de Cánope, cuando pudieron hacer la reforma, los egipcios no la hicieron debido a pugnas entre las castas sacerdotales y la clase política. Este calendario fue oficial en Roma durante los siguientes siglos, incluso en el Concilio de Nicea se advirtió que había un error de Sosígenes, pero no hicieron nada por corregirlo, hasta 1582, cuando se adoptó el calendario Gregoriano.
Este 29 de febrero se celebrarán en el mundo algo más de 4.800.000 cumpleaños. Esa es la cifra de bisiestos –como se conoce a la gente nacida en dicha fecha– que existen en el planeta y que se reducen a 32.000 si se habla sólo de España. Todos se pueden apuntar al Club Mundial de Bisiestos, agrupación que consiguió el Guinness por la mayor agrupación de personas nacidas un 29 de febrero
En Inglaterra, las mujeres pedían matrimonio a los hombre los 29 de febrero
or costumbre, tradiciones de antaño y convenciones de una sociedad patrarcal, en el caso de las relaciones heterosexuales, los hombres son quienes suelen proponer matrimonio a las mujeres. Sin embargo, los 29 de febrero, las cosas se pueden dar al revés, en una interesante costumbre deconstructiva que nació en la antigua Inglaterra. Incluso si el varón decía que no, tenía que pagar a la despechada novia una penalidad por la vergüenza social a sufrir.
En Suecia existió el 30 de febrero
En Suecia quisieron pasar del calendario juliano al gregoriano en el año 1700 y para ello iban a eliminar los bisiestos por 40 años para quedar al corriente. Eso si, no consideraron que estaban por entrar en una guerra que arruinó sus planes y tras ocho años dieron pie atrás al cambio de calendario. Al haber omitido dos bisiestos decidieron que por una sola vez y en 1712, febrero duraría 30 días dando paso a una fecha que nunca más vimos: El 30 de febrero.
Ciertos bisiestos se ignoran
Si bien lo más común es que cada cuatro años exista un año bisiesto, esto no se da en todos los casos. Si un año bisiesto considerado de fin de siglo puede dividirse por 100 pero no por 400 pierde esa condición. Los años 1700, 1800 y 1900 no fueron considerados como bisiestos, pero el 2000 si tenía las condiciones para serlo. Esto se hace para añadir mayor exactitud a la duración astronómica de los años.
El 29 de febrero es el día de las enfermedades raras
Los años bisiestos no son comunes ya que se dan una vez cada cuatro años, esa rareza dio para que todos los 29 de febrero sean conmemorados como el «día de las enfermedades extrañas», aquellas que se dan en un porcentaje ínfimo de la población buscando educar a la gente sobre estas condiciones que pocos conocen, generalmente lo celebran el 28 de febrero pero el día de su conmemoración real es el 29.
Una mujer noruega dio a luz tres veces durante días bisiestos
Nacer en un día bisiesto es raro aunque compartir esa peculiar característica con tus hermanos lo es aún más. Una mujer noruega dio a luz el 29 de febrero de los años 1960, 1964 y 1968 por lo que esta familia celebra en grande los bisiestos, ya que las probabilidades de nacer un 29 de febrero son de una en 1461.
Es el único mes donde puede no haber Luna llena
En todos los meses hay al menos un día de Luna llena, pero febrero puede saltarse ese honor. Cada cierta cantidad de años, febrero pasa completo sin que haya luna llena. Ese fenómeno volverá a ocurrir en 2018.