En pleno año 2016 hay personas que aún creen que los murciélagos son seres relacionados con la muerte, el demonio, Drácula, etc. Sin embargo, hay seres humanos como esta chica que tienen un gran corazón, y lejos de tener estas creencias, son capaces de abrir hasta las puertas de su hogar por ayudar a estos pequeñitos.
Nora Lifschitz tiene 28 años y es israelí. En su casa de Tel Aviv armó un refugio de murciélagos heridos.
La especie que acoge en su hogar es la del murciélago de la fruta. Hace dos años comenzó con esta tarea.
En total, tiene unos setenta de esos mamíferos voladores en jaulas apiladas. Cuando estén sanos, su idea es devolverlos de nuevo al mundo exterior.
Murciélago de la fruta de Egipto es el nombre completo de esta especie.
La trompa de estos animales es similar a la de los perros. Sus orejas son puntiagudas. Son inofensivos para los humanos.
Cerca de las cajas tiene frazadas que utiliza para taparles las jaulas a estos animales que suelen moverse en lugares oscuros.
La forma de las alas de los murciélagos puede variar según el lugar que habitan y sus necesidades, ya que les sirven para controlar el viento.
Los alimenta, los cura, hasta les pone un oso de peluche para jugar y aferrarse a él en las alturas.
Si bien la actividad de Lifschitz parece extraña, más todavía porque lo hace en su casa, en el mundo hay otros centros de cuidados de murciélagos. En Australia, por ejemplo, hay uno de ellos; se llama Australian Bat Clinic.
¿Y tú qué opinas?