Esta sí es una verdadera historia de amor…
En la noche del 14 y la madrugada del 15 de abril de 1912 se produjo una de las mayores tragedias marítimas de la historia: el hundimiento del Titanic.
De las 2.223 personas que iban a bordo en el Titanic, murieron 1.514; y aunque todos sabemos lo lamentable y trágico que fue la experiencia para todas aquellas personas que iban a bordo, pocos sabemos lo que pasó con otros muy importantes pasajeros que hicieron parte del hundimiento: los perros.
Dale un vistazo a la historia:
El Capitán Edward John Smith fue un gran amante de los perros.
¡Al parecer, había 12 perros a bordo!.
Pertenecientes a los pasajeros de la primera clase, quienes ostentaban con orgullo sus mascotas de razas puras, de estos 12 perros, solo tres sobrevivieron a las gélidas temperaturas y el caos de la noche.
¿Cómo lo lograron?.
Los tres eran muy pequeños razón por la cual pudieron ser escondidos en los botes salvavidas sin que nadie los notara.
Pero uno de ellos no tuvo la misma suerte…
Un espectacular Gran Danés de una mujer llamada Ann Elizabeth Isham de 50 años: Ann, a diferencia de muchos otros pasajeros, logró subirse a un bote salvavidas.
Sin embargo, el amor que sentía por su compañero, a quien por su gran tamaño le negaron la entrada al bote, la hizo tomar la decisión más difícil de su vida: En los botes se priorizó a las vidas humanas frente a la de los perros y esto hizo que Ann, sin pensarlo, se lanzara del bote salvavidas para reencontrarse con su fiel amigo.
Días después del hundimiento, un equipo de rescate encontró el cuerpo congelado de la pasajera aferrado al de su perro… Murieron juntos, abrazados en el helado océano, tal como ella lo quiso.