La mayoría de nosotros recuerda perfectamente aquellos tiempos cuando el CD era el mayor éxito tecnológico que dominó el mercado y destronó el hoy en día muy desconocido diskette. La época de los discos cambió el mundo, permitiendo grabar música, programas y mucho más en una superficie compacta y fácil de conservar y trasladar. ¿Quién de nosotros no ha tenido una estantería llena de discos?
Desgraciadamente, o no, la era del CD ya está pasando poco a poco, dando lugar a otros inventos de la tecnología, como la nube, los pendrives o los discos externos. Desde su aparición en 1982, el CD ha pasado por épocas de vacas gordas y de vacas flacas, ahora en cambio cada vez más está pasando a ser simplemente basura.
¿Qué hacer con tantos discos innecesarios? Los puedes tirar a la basura, está claro, pero si quieres darles una nueva vida.
Eres una de esas personas dispuestas a reciclar el CD y muy bien. Ya sea por cariño al compact disc o al medio ambiente, verás lo útil que sigue siendo el dispositivo de almacenamiento de datos. Para ello, vas a necesitar un bote de pintura acrílica negra, un pincel, un lápiz y un destornillador.
Para empezar, pon un periódico viejo o una hoja de papel para no manchar la mesa u otra superficie en la que quieras trabajar. Pon el disco y píntalo con pintura negra por la parte donde se graba los datos.
El efecto final debería ser más o menos parecido al de la imagen de abajo. La pintura negra incluso puede esconder todos los rasguños y los defectos que antes podía tener tu CD.
Una vez bien pintado el disco, déjalo un rato para que la pintura se seque. Cuando esté seco, ha llegado el momento ideal para despertar al artista que vive dentro de ti. Utiliza el lápiz y diseña una obra de arte.