El mundo de la farándula está lleno de padres que deciden criar a sus hijos en condiciones muy alejadas de los estándares de la vida normal. Mantenidos en las jaulas de oro, los pequeños a veces terminan sorprendiéndose por las cosas más típicas del mundo, y a menudo se convierten en personas excéntricas y difíciles de entender por el resto de la gente.

Desde luego, no es una regla general. También existen padres famosos que prefieren que sus hijos sean felices, y no asquerosamente ricos.

El precio que pagan los célebres por la vida lujosa de sus descendientes, supone falta absoluta de privacidad, necesidad de vender fotos de los niños a la prensa y de compartir incluso los momentos más íntimos entre padres e hijos con las masas. Un ejemplo extraordinario de un comportamiento exagerado es, sin lugar a dudas, la cantante Mariah Carey (45). Sus hijos: mellizos Moroccan y Monroe (4) cuyo padre es el rapero Nick Cannon, crecen completamente aislados de las personas que no pueden jactarse de tener millones de dólares en sus cuentas bancarias.

Los medios de comunicación estadounidenses desde hace mucho avisan que nunca habían ido a una guardería privada, ni van a ir a un colegio lujoso. Su madre prefiere que los dos estudien en casa. Por si fuera poco, el hermano de la diva informa también que sus sobrinos no pueden comunicarse con las “personas corrientes”. Por todo ello, según afirman las fuentes y al igual que demuestran las fotografías publicadas en Instagram de la estrella, el sábado pasado Mariah pagó por cerrar una enorme juguetería de Londres. No quería que nadie molestara a sus niños cuando estaban de compras…

¡Pobres críos! ¿Qué opinas de este excéntrico estilo de vida?