Ese momento en que te das cuenta que tu cuerpo no es el mismo de hace 5 años atrás, no sabes si maldecir o sentirte agradecido por el hecho de nutrir tu cuerpo, la cuestión es que pasas por un proceso bastante deprimente cuando tomas consciencia que la cosa se está saliendo de control y que estás en un punto de tu vida en el que sabes que no hay vuelta atrás sin sacrificios, lo que te expone a situaciones que son incómodas, y críticas desalmadas, como las que verás a continuación:
1. Tu ropa se siente más apretada así que debes tener cuidado cuando respiras.
2. Te niegas a comprar ropa nueva porque insistes que solo es una situación temporal.
3. Hasta el día que haces que un botón se te revienta o rasgas tus jeans.
4. Ir de compras es como caminar entre los hoyos del infierno mientras te debates entre varias tallas para averiguar cuál es la tuya.
5. Y puede ser muy deprimente cuando no te queda la talla que generalmente compras.
6. Además es mucho más difícil encontrar ropa que SÍ te quede ahora.
7. Te sientes muy cohibido por tu apariencia y en realidad odias cómo te ves.
8. Y te sientes muy culpable por ello, porque crees que todos deben aceptarse tal como son.
9. Pero no es exactamente fácil hacerlo cuando no te ~sientes~ como tú mismo.
10. Los espejos son un recordatorio de que te ves diferente, así que los evitas.
11. Entre eso y la gama aleatoria de tallas en tu guardarropa, más tu incomodidad general con tu cuerpo, alistarte todas las mañanas es como una pesadilla.
12. Puede ser más difícil hacer cosas que solían ser sencillas.
13. Te conmocionas cuando ves una nueva foto de ti y casi no te reconoces.
14. Odias encontrarte con gente que no has visto en un tiempo porque crees que solo se fijarán en tu peso.
15. Y tus peores temores se vuelven realidad cuando deciden hacer un comentario al respecto.
16. Sientes que todo el mundo critica lo que comes.
17. Y básicamente todo lo que haces (o no haces).
18. Porque la gente hace suposiciones sobre tu peso, y eso te lastima.
19. Tus amigos y familiares bien intencionados te dan consejos sobre cómo perder peso, y eso solo te hace querer llorar, porque es como si ser quien eres no fuese suficiente.
20. Y es especialmente frustrante escucharlo cuando perder peso no es necesariamente sencillo o incluso una solución.
21. Te vuelves muy consciente de tu propio cuerpo y todo el espacio que ocupas.
22. Puede hacerte sentir muy incómodo en tu propia piel. Empiezas a moverte diferente, encorvándote como si te protegieras, escondiéndote.
23. Te sientes tan cohibido que simplemente evitas situaciones sociales o básicamente todo lo que requiere que dejes la comodidad de tu casa, donde nadie te juzga (excepto tú mismo, claro).
24. Mientras más mal te sientes, menos sientes que mereces cuidados y dejas de hacer cosas que son buenas para ti, o de forma deliberada haces cosas que son malas para ti.
25. La comida es algo que te hace sentir bien pero también mal al mismo tiempo. Desarrollas una relación complicada con ella, la que una vez era sencilla.
26. Entras en un círculo vicioso de sentirte mal y luego hacer cosas que solo te hacen sentirte peor.
27. Entre las críticas de otra gente y las que te haces tu mismo, sientes como si tu peso fuera una presencia constante que abruma tu vida, como un peso sobre tus hombros, literalmente.
28. Te enoja la horrible actitud de la sociedad ante la figura corporal y el peso.
29. Pero cuando hablas con alguien que se siente igual, algo de ese peso se te quita de encima.
30. Te das cuenta de que definitivamente no estás solo.
31. Y tú eres mucho más que lo que dice la báscula.
Vía: Buzzfeed