Leisa y Noel estaban felizmente comprometidos, vivían juntos en Dublín, Irlanda, donde construían su futuro. Todo iba bien excepto por su peso. Al poco tiempo se casaron y después les llegaron sus fotografías de bodas. Noel, avergonzado, no quería que su esposa las viera porque sabía que también se iba a deprimir. Fue en ese momento cuando decidieron hacer algo al respecto.
Incluso encontrar un traje de novia resultó una tortura para la mujer de 33 años:
“Elegir mi traje de novia no fue la mágica experiencia que yo esperaba. Mis opciones se limitaban a una tienda, donde todos los trajes que me ajustaban bien hacían que pareciese que llevaba un enorme edredón por vestido”. -Leisa-
Después de ver sus fotos, el matrimonio quiso ponerse enseguida a perder peso, pero el embarazo de Leisa le impidió someterse a una operación de reducción de estómago. Ella llegó a pesar casi 130 kilos. Su marido, todavía más, casi 200 kilos.
No es de extrañar que ellos hayan tenido que comprar cama en 4 ocasiones ya que las anteriores se habían roto. Juntos pesaban más de 300 kilogramos.
“Una vez estábamos durmiendo cuando la cama se vino abajo… En otra ocasión, llegué a casa muy cansado, me tiré en la cama y la madera cedió”. -Noel-
Incluso llegó un punto en que decidieron dejar de gastar en camas y pusieron un colchón directamente en el suelo.
Pero después, cuando se dieron las condiciones, comenzaron a hacer dieta juntos y los resultados fueron asombrosos: Noel perdió 101 kilos y Leisa, 51; en total, 152 kilogramos.
“Cuando perdimos peso, por fin pudimos hacer cosas normales: acurrucarnos en el cine, sentarnos uno junto al otro en el autobús o no preocuparnos de que la cama se rompiera… Incluso tuvimos que mandar a reducir nuestros anillos” -Leisa-
Ahora la mujer indica que al fin tienen fotos de las cuales pueden estar orgullosos.
Los cambios llegaron al combinar una dieta saludable con ejercicio y hacer pequeños sacrificios como sustituir la barra de chocolate por una fruta o dejar de comer grasas.
Es asombroso lo que esta pareja logró. ¡Están irreconocibles! Pero ahora están claramente más sanos, felices y disfrutarán de los momentos felices que estén por venir.