Alguna vez en el mundo no existió el dinero, aunque no lo puedas imaginar…
Dirás que eso fue hace mucho, pues existe un lugar utópico para vivir, no por sus paisajes, sino porque va en contra de todo los cánones conocidos como la base de una sociedad: Ni dinero, ni religión, ni política existen en el.
Es cierto que desde que empezaron a circular esos “papeles” que tienen legitimidad social es imposible imaginar una sociedad en este mundo que se maneje sin dinero… Peor aun: ¿Y qué hay de las religiones? o ¿De los sistemas políticos de manejo del poder?.
Tan sólo piensa un lugar utópico, no tanto por sus montañas, paisajes, lagos, y tranquilidad, sino porque no hay dinero, y todas las religiones o creencias pueden convivir en paz.
Dale un vistazo:
¡Este lugar existe y se llama “Auroville”!.
Una ciudad fundada en 1968 y amparada por la UNESCO como ciudad internacional, donde sus habitantes pertenecen a más de 50 nacionalidades y culturas distintas, y conviven allí en paz, sin religiones, sin un sistema político convencional, y sin utilizar dinero, sino consiguiendo todo por canjes.
Auroville se ubica en la India Meridional a 150 kilómetros de Chenai (Madrás)…
A unos 10 kilómetros al norte de Pondicherry, en esta ciudad épica las construcciones están dominadas por una arquitectura experimental en constante cambio, buscando todo el tiempo optimizar el uso de energías renovables y teniendo como eje fundamental la reutilización y el reciclaje.
Fue ideada y fundada por Mirra Alfassa, conocida como “La Madre”.
“Debería haber en la Tierra un lugar que ninguna nación pudiese reclamar como suyo; donde todo ser humano de buena voluntad que tuviera una aspiración sincera pudiera vivir libre como ciudadano del mundo obedeciendo a una sola autoridad, la de la suprema verdad; un lugar de paz, de concordia y de armonía donde todo instinto de lucha en el hombre fuera usado exclusivamente para vencer la causa de sus sufrimientos y sus miserias, para superar sus debilidades y su ignorancia, y para triunfar sobre sus limitaciones y sus incapacidades; un lugar donde las necesidades del espíritu y el interés de progreso prevalecieran sobre la satisfacción de los deseos y las pasiones o la búsqueda de placeres y el goce material”.
Con esta premisa hoy tenemos esta ciudad internacional…
Que se posiciona cada día como modelo de eco-ciudad sustentable: En ella se desarrolla un procedimiento de tipo multicultivo combinando árboles frutales, campos de cereales y huertas, organizados en 15 granjas cubriendo una superficie total de 160 hectáreas para asegurar buena parte de los alimentos para la población.
En estas granjas trabajan 50 habitantes de la aldea y 300 vecinos, produciendo el 2% del arroz y cereales que se consumen y el 50% de las hortalizas.
La aldea es autosuficiente en materia de leche y derivados y frutos de estación.
Esta ciudad, que no es la única en su modelo, pero sí es especial por recibir apoyo de la UNESCO, es una muestra del concepto de vida que vendrá en los próximos años, cuando ya no podamos quemar petróleo para trasladar alimentos con conservantes de un lado al otro del mundo.
Esta ciudad es un ejemplo de que el planeta es de todos, y de que si ponemos a un lado la enajenación que nos ha atrapado en el consumismo, podemos vivir con menos, y podemos hacerlo más sano…