Mindi Jensen es una profesora de secundaria y madre de 4 niños en Utah, que después de su divorcio se deprimió mucho y por eso decidió hacer fisicoculturismo porque era una manera de animarse a ella misma, lo que jamás pensó es que sería juzgada tan duramente por su decisión.
“Pensé que, con mi cuerpo siendo más fuerte, iba a canalizar mis emociones, mi corazón y mi cerebro, por eso comencé a hacer deporte”
Regularmente, la profesora comparte sus fotos en Instagram de sus entrenamientos y competencias, donde se le ve con su ropa de entrenamiento o de repente en bikini, pero jamás pensó que esto podría dejarla sin trabajo.
“Una semana. Este es solo mi comienzo. Algún día usaré estas fotos como mi “antes”. Estoy muy orgullosa de mi misma, aunque haya soñado y deseado que no podía hacerlo, lo hice. De flaca a fuerte.”
Los papas de uno de sus alumnos vio las fotos en Instagram y fue a poner una queja con el director ya que se muestra “muy descubierta” y “nada modesta”. A esto el director le dio tres opciones a Jensen: borrar las fotos, hacer su cuenta privada o simplemente perder su trabajo.
Ella no dudó en responder :
“¿Porqué mis derechos están siendo quitados y los derechos del niño no? Esto es entre los padres y su hijo. Pónganle restricciones al menor. Si no están cómodos con ver mi ropa de entrenamiento entonces prohíbanle eso a su hijo. No me lo prohiban a mi”
Desde ahí la secundaria le pidió una disculpa oficial a la profesora y comenzó a hacer clases de uso apropiado de internet para los niños. Jensen sigue compartiendo sus fotos y esta orgullosa con sus decisiones.
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