¡No hay nada peor que pasar una larga temporada ingresado en un hospital!.
Tanto como para el paciente con su enfermedad y para la familia que lo acompaña es una experiencia agotadora… Por parte de los centros médicos se procura que esta situación sea lo menos traumática posible, sobre todo en los casos en los que el paciente padece una enfermedad grave y puede pasar ingresado muchos meses seguidos.
Dale un vistazo a la razón:
Que los ascensores de los hospitales no tengan espejos…
Va más allá de una cuestión puramente arquitectónica: Un estudio del departamento de psicología de la universidad de Arizona reflejaba que el hecho de que no hubiera espejos en los ascensores contribuía muy positivamente al ánimo de las familias.
Al no verse reflejados en un espejo mientras suben o bajan de ver a un ser querido que está pasando una mala situación, no ven cómo se sienten en ese momento y la tristeza que embarga su alma, cosa que aún les haría sentirse peor.