Los 11 ruidos más irritantes para el ser humano ¿Cuál te molesta más?

El ruido, como otros agentes contaminantes, produce efectos negativos en el ser humano, tanto fisiológicos como psicosomáticos, y constituye un grave problema medioambiental y social. La lucha contra el ruido es una acción individual y colectiva ya que esa irritante molestia no lo hace solo los demás, sino que lo hacemos todos.

Pero, ¿Por qué algunos sonidos nos ponen e los nervios de punta? Un estudio de la la Universidad de Newcastle asegura que una interacción entre la región del cerebro que procesa el sonido, la corteza auditiva y la amígdala, es lo que provoca una sensación muy incómoda al escuchar determinados sonidos según informó la revista Journal of Neuroscience en 2012. En el citado estudio se documentan los sonidos más desagradables que son, en esencia, estos:

Un cuchillo y/o un tenedor al frotarse contra un cristal

Este ruido es el más odiado por los 13 individuos que participaron en el estudio. De hecho, fue el que obtuvo peores reacciones entre todos los individuos estudiados. Hay que ponerse en situación. Estás cenando encima de una mesa de cristal y por accidente el minimantel o el paño sobre el que apoyas plato y cubierto no está estirado. Por accidente, el tenedor fricciona con la superficie acristalada. ¡Uffff, que ruido más desesperante! Si hasta te causa dentera. Y no es el único que causado por los cubiertos al a hora de comer: una fricción del cuchillo y el tenedor tiene en nosotros ese mismo efecto. No es difícil escucharlo durante un almuerzo o una cena. Desgraciadamente, siempre se le escapa a alguno de los sentados a la mesa.

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Los chirridos provocados por alguien que aprende a tocar el violín 

El violín es un instrumento delicioso cuando se toca bien. Pero incluso a Sherlock Holmes, personaje de ficción y consumado intérprete de piezas magistrales al violín, le costó más de un disgusto su afición a este instrumento cuando aprendía a sacarle notas remotamente parecidas a algo llamado música. Pues bien , eso le pasa a cualquiera que pretenda aprender.

Mientras eso sucede, por momentos, a un violín sólo se le saca un desagradable sonido que pone los nervios de punta a cualquiera. Entonces todo el mundo desea que el presunto músico acuda a alguna clase más para perfeccionar su técnica. Y por supuesto, los profesores de violín merecen todo nuestro apoyo…

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El sonido de un micrófono cuando se acopla 

Cuando uno tiene la suerte de ser testigo de la preparación de un concierto y sus pruebas de sonido, acaba hasta el gorro de escuchar: “uno, dos, tres, probando, síiiiii, hola, sí, sí , dime ahh, ohhh, tressss, probando” y frases similares inconexas y sin sentido. Esas imágenes tienen sentido a la hora delograr el mejor sonido y evitar los terribles acoples que arruinan la reputación del más purista músico.

Los acoples bien pueden ser debidos a un mal posicionamiento de la microfonía, excesos de ganancia en el sistema de monitorización, o incluso por problemas internos en las pastillas de guitarra. Los tres efectos descritos provocan que, en un corto periodo de tiempo, la señal original sea modificada descontroladamente, aumentando ciertas frecuencias mucho más rápido que el resto. Así, esas frecuencias que sobresalen muy por encima del resto, dan lugar al característico e irritante pitido.

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El ruido que provocan las uñas al deslizarse por una pared.

Este, además de dar lugar a un sonido desagradable, sin duda crea una desagradable dentera a todas las personas que se encuentren cerca. ¿Qué explicación tiene este fenómeno de la dentera o dentricia? Es una acción involuntaria de rechazo. Una reacción de nuestro organismo ante un estímulo negativo.  El ruido de nuestras uñas contra la pared, muy común en la vida cotidiana, sólo tiene un remedio: cerrar los ojos o tapándonos los oídos.

Al tratarse de sonidos muy agudos -ondas de alta frecuencia- la corteza auditiva transmite esa sensación a la amígdala, que controla nuestras emociones, por lo que se produce un estímulo negativo e involuntario. El asunto llega a tal punto curioso, que si vemos una tiza y una pizarra, por ejemplo, somos más susceptibles al sonido -por el recuerdo de esa emoción- que si no lo viésemos.

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Las arcadas de una persona mientras vomita

Aquí interviene el efecto asociativo entre el sonido y el acto que lo provoca. Y está claro que un vómito es muy desagradable. Así, de acuerdo con el voto de más de un millón de personas de todo el mundo, el sonido más desagradable que existe es el ruido que hace una persona al vomitar. La lista ha sido votada a lo largo de un año a través de internet, en una investigación emprendida por Trevor Cox, un profesor de ingeniería acústica de la Universidad de Salford, con el fin de evitar ruidos que los puedan evocar en el funcionamiento mecánico de bienes de consumo.

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El llanto desconsolado de un bebé

En contra de lo que pueda parecer, este sonido fue catalogado como uno de los más desagradables del mundo por el departamento de Acústica de laUniversidad de Salford.  Las razones que hacen que los bebés lloren durante un tiempo prolongado muchas veces son un exasperante misterio. Sea cual sea la razón, los padres tratan de calmar al bebé de todas las maneras posibles: cambiándole el pañal, la ropa, meciéndole, dándole de comer, paseándole, cantándole, poniéndole música…. y aún así, a veces…

Hay un punto en que la paciencia empieza a agotarse hasta llegar a un estado peligroso en el que la madre o el padre están a punto de perder la razón y explotar. En ese momento el riesgo para el bebé es alto, pues hay padres con un control elevado de sus actos en los momentos de furia o ira y otros menos capaces de frenarse. Si tenemos en cuenta que los padres recientes tienden a dormir poco, lo más habitual es que incluso personas con una paciencia envidiable lleguen a colapsarse.

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El chirrido de una tiza frotada contra una pizarra

Imposible de olvidar por muchos años que hayan pasado desde la etapa escolar, este sonido siempre provoca más de un gruñido de desagrado. Volvemos a los sonidos que repercuten en la parte emocional del cerebro y que modifican la percepción de los sonidos, de forma que nuestro cerebro “escucha con más intensidad” un chirrido que nos causa dentera que el agradable flujo del agua en un río, por ejemplo.

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El sonido de las ruedas de un tren al intentar frenar sobre los rieles

Algo a lo que están muy acostumbrados los usuarios del metro y que, sin embargo, cada vez que se produce por un incorrecto pulido de los raíles del suburbano nos hace sufrir en silencio, como las hemorroides. Por esta razón, como siempre se tiene que recurrir a los frenos, tanto los responsable de mantenimiento de las compañías ferroviarias del mundo, utilizan periódicamente parta el correcto mantenimiento de estos medios de transporte unas máquina pulidoras para acondicionar las vías.

Esas máquinas, técnicamente tienen un nombre muy específico: amoladora. Con ello se frena el ruido y las vibraciones que provocan los trenes con escaso mantenimiento que tanto nos incomodan.

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Las cadenas oxidadas de un columpio

Cada balanceo de un columpio herrumbroso puede ser como una bofetada par cualquiera. Ese efecto está catalogado también como uno de los ruidos más desagradables por la Universidad de Salford. Las cadenas cuando friccionan entre si provocan un sonido sumamente desagradable que , sin embargo, es muy fácilmente subsanable. Un poco de cuidado y mantenimiento con aceite hara desaparecer toda molestia… ¿Tampoco supone mucho, no?

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El ruido de una taladradora o cualquier tipo de herramienta mecánica

Todo el mundo sabe que un taladro en una pared, aunque sea sólo par colgar un pobre cuadro puede ser bastante irritante, sobre todo, si la broca de la máquina falla o si nos encontramos con una vida inesperada. Pues bien, si esa máquina es, además, una pequeña máquina de las que utiliza el dentista, par muchas personas escuchar su zumbido puede suponer una tortura china. A tal punto llega el asunto que hay quien ha inventado un nuevo dispositivo que amortigua el temido ruido del taladro dental podría ayudar a la gente a superar el miedo de visitar al dentista, afirman científicos británicos.

El nuevo aparato permite que los pacientes escuchen música en un MP3 mientras el sonido del torno queda amortiguado. Además, los pacientes pueden seguir escuchando la voz del dentista porque no todos los sonidos de la sala quedan cancelados. Su efecto es similar que producen los audífonos que cancelan el ruido.

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El sonido que se produce al frotar dos corchos de poliestireno expandido

Todos los niños han jugado alguna vez a crear ‘nieve de broma’ con este material artificial, un polimero muy ligero utilizado sobre todo, en la industria del transporte y embalaje para la protección de las cargas. Y todos recordarán que, las más de las veces, aquel roce producía un chirrido indescriptible que era todo menos agradable. Y es que cuando se produce la fricción de dos planchas de este material, para muchos ha llegado el momento de protegerse y buscar tapones. El efecto en ellos es insoportable: Un ruido que provoca una especie de escalofrío y necesidad inmediata de que el sonido pare acompañado de una extraña sensación en dientes y encías.

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