8 cosas “asquerosas” del embarazo que nadie se atreve a decirte

A ojos de la sociedad, el embarazo es sinónimo de nueve meses maravillosos en los que tu cuerpo gesta a un futuro bebé que cambiará tu vida por completo. Todos te dicen que estás guapísima, resplandeciente, que no hay nada más bonito que sentir a tu niño o niña crecer dentro de ti.

En realidad, no todo es color de rosas ni fotos sonrientes con una silueta perfecta cual famosa de turno. Nos lo intentan vender, sí, pero porque parece que les da vergüenza hablar de lo que realmente sufre una futura madre con un par de kilos extra en la tripa.

Estreñimiento y gases

Sin estar embarazada, ya se sabe que el estreñimiento provoca gases, y que son insoportables. Durante la etapa de gestación todo eso se multiplica por dos. Se debe a una cuestión meramente hormonal, el cuerpo aumenta la progesterona, que a su vez reduce el tránsito intestinal normal, e hincha el vientre como consecuencia de las heces y gases acumulados ahí. Suele suceder a partir del primer trimestre de embarazo cuando tu cuerpo ya no pueda ir al baño con facilidad y parezca que cada vez que te sientas en la taza va a salir el bebé. Por ello, muchas mujeres sufren hemorroides muy dolorosas a lo largo de todo el embarazo.

Pero los gases son caso aparte. Casi nadie habla de ellos, pero al final de cada día y después de cada comida sentirás que al andar vas dejando un rastro que, además, va a oler muy mal. No solamente eso, sino que te dolerán tanto que los confundirás con contracciones.

Recuerda comer mucha fibra y reducir los alimentos flatulentos y con poco hierro que pueden provocar que sean los peores nueve meses de tu vida.

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Muchas ganas de hacer pis

Los cambios hormonales empiezan a pasar factura desde las primeras semanas del embarazo, por lo que no es nada extraño que sientas muchas ganas de orinar continuamente. La sangre fluye muy rápido a los riñones, se llenan con mucha frecuencia por todo el agua necesaria que tomas para no deshidratarte, y es muy posible que en más de una ocasión se puedan escapar unas gotitas sin querer.

Cuanto más grande se va haciendo el útero, más presión ejerce sobre la vejiga, por lo que a medida que tu bebé vaya creciendo, también las veces que vas al baño a hacer pis, sobre todo por la noche, lo cual puede provocar mucho insomnio y un mal descanso.

Uno de los trucos para reducir la frecuencia es inclinarte hacia delante para que la vejiga se vacíe por completo y, por supuesto, acudir al médico si resulta doloroso o sale sangre.

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Dolores por todas partes 

A medida que va avanzando el embarazo, el peso va aumentando y, claro, la espalda se resiente muchísimo. La parte de abajo se ve sometida a mucha presión, que va en aumento a medida que el útero se agranda y que tiene mucho que ver con los cambios hormonales. El peso extra del cuerpo hace también que las articulaciones se resientan por todo el estrés que tienen que soportar. La consecuencia es que cada vez más te cueste andar y tengas que tener cuidado de no caerte.

Otros de los dolores que muchas mujeres tienen que aguantar durante elembarazo son los calambres en los pies, dolor de cabeza, ciática y ardores de estómago cada vez que comes.

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Dolores por todas partes 

A medida que va avanzando el embarazo, el peso va aumentando y, claro, la espalda se resiente muchísimo. La parte de abajo se ve sometida a mucha presión, que va en aumento a medida que el útero se agranda y que tiene mucho que ver con los cambios hormonales. El peso extra del cuerpo hace también que las articulaciones se resientan por todo el estrés que tienen que soportar. La consecuencia es que cada vez más te cueste andar y tengas que tener cuidado de no caerte.

Otros de los dolores que muchas mujeres tienen que aguantar durante elembarazo son los calambres en los pies, dolor de cabeza, ciática y ardores de estómago cada vez que comes.

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Acné en la cara 

Ni si quiera en la adolescencia te habían salido tantos granos como ahora que estás embarazada, pero sí, los cambios de hormonas son los culpables directos. Puede que salgan por la cara, cuello, orejas, espalda y pecho, aunque suele desaparecer después del parto. Si te duele mucho lo mejor es que vayas al médico por si pudieras sufrir una infección bacteriana.

También puede ocurrir todo lo contrario, tener la piel muy bien durante la gestación pero que después de tener al niño se llene de granos y partes irritadas. La piel adquirirá un color distinto por los cambios hormonales y tendrá que acostumbrarse a la nueva situación provocando mucha sequedad y flacidez.

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Vómitos y náuseas 

Quizá de todas las cosas que no te cuentan del embarazo esta sea la que sí. Es difícil de evitar que si están dando náuseas no vayas al baño, además está aceptado por la sociedad, no es como tirarse pedos, que parece que solamente te los tiras tú. Aunque no todas las mujeres padecen estos síntomas, durante los primeros meses son mucho más comunes, aunque también pueden durar hasta que tengas al bebé.

Hay casos de mujeres embarazadas a las que han tenido que ingresar por deshidratación debido a los vómitos. Incluso a muchas comidas que antes adorabas las cogerás tal asco que te entrarán náuseas solo de pensar en ellas.

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Vómitos y náuseas 

Quizá de todas las cosas que no te cuentan del embarazo esta sea la que sí. Es difícil de evitar que si están dando náuseas no vayas al baño, además está aceptado por la sociedad, no es como tirarse pedos, que parece que solamente te los tiras tú. Aunque no todas las mujeres padecen estos síntomas, durante los primeros meses son mucho más comunes, aunque también pueden durar hasta que tengas al bebé.

Hay casos de mujeres embarazadas a las que han tenido que ingresar por deshidratación debido a los vómitos. Incluso a muchas comidas que antes adorabas las cogerás tal asco que te entrarán náuseas solo de pensar en ellas.

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Mucha saliva

Es normal que sientas más saliva de la habitual en tu boca si estásembarazada, sobre todo cuando llegan las temidas y odiosas náuseas. Se dan durante los primeros meses y son causadas por los cambios hormonales que se producen en el cuerpo.

Normalmente el cuerpo produce hasta un litro de saliva al día, pero nos la tragamos inconscientemente, cosa que no te saldrá si estás embarazada para evitar las náuseas. Además, también entran en juego los factores ambientales como el humo, la contaminación, las toxinas o los pesticidas. Lo mejor es cepillarse bien los dientes, varias veces al día, usar enjuague bucal, beber suficiente agua y masticar chicles sin azúcar.

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