Hace unos cinco años, la comediante Marcia Belsky (a la derecha) se dio cuenta de algo raro de los pósteres de las películas.
¿Lo ves?
¿Y ahora?
¿Podría ser que las mujeres de los pósteres NO TENGAN CABEZA? Marcia se dio cuenta de esta tendencia después de una clase de publicidad en la universidad. Cuando mires, te darás cuenta de que muchas mujeres de los pósteres se representan como seres sin cabeza (o sin cara).
“La tendencia me la señaló un profesor de universidad. Empecé a ver esto en todas partes y ya no podía parar”, explicó al portal BF.
“Por la ciudad, en la televisión, en los bares, en portadas de libros, portadas de discos, en películas… Cuando se lo señalaba a la gente, en su mayor parte no creían que estas imágenes estuvieran todavía tan normalizadas y fueran tan comunes”.
Comenzó a subir todos los pósteres de películas que pudo encontrar y empezó The Headless Women Project. “Cuando fragmentas el cuerpo de una mujer en partes sexuales, no solo le quita su individualidad, lo aleja de su humanidad”, contó Marcia.
“Al cortar la cabeza de la mujer, también eliminas por completo la cuestión de su consentimiento o placer. Ella está allí para que la miren y ese es su valor único e indiscutible”.
“Somos insensibles a este tipo de imágenes de las mujeres y lo vemos tanto que realmente no lo vemos. Se mezcla en nuestra vida cotidiana. Pero estas imágenes tienen [un] efecto en las mujeres y todos nosotros”.
“Afecta a cómo nos vemos, cómo definimos nuestro valor y cómo otros nos ven y nos tratan. Quiero que las chicas se den cuenta de que tienen valor fuera de su atractivo para los hombres y que decidan su valor por sí mismas en lugar de dejar que los hombres lo definan. Quiero que piensen y tengan una conversación al respecto”.
Y también se ha dado cuenta de la misma tendencia con hombres.
A pesar de que reconoce que este tipo de publicidad probablemente no se detendrá, Marcia solo quiere que la gente se dé cuenta “cuando vea trozos de mujer cortados y utilizados como cebo sexual”.
“No soy tan ingenua como para pensar que estas prácticas de marketing se detendrán por completo alguna vez. Y mientras crean que la objetivización vende, la venderán. Pero la gente debe saber exactamente lo que mira y deberían, por lo menos, preguntarse por qué se sigue tratando a las mujeres con tanta frecuencia como trozos de carne”.