El hábito de entrenar es algo que a Bianca Bree le han inculcado desde pequeña.
Y no podía ser de otra manera, pues su padre es el actor experto en artes marciales Jean Claude Van Damme y su madre es la campeona de fisiculturismo Gladys Portugues… Aunque de niña “odiaba” las artes marciales, con los años se reconcilió con ellas y hoy busca mostrar que se puede ser femenina y practicarlas.
Échale un vistazo a la historia:
“Quiero mostrar a las niñas que puedes ser ruda y femenina”.
“Que se puede cruzar las piernas en la cena y luego patear traseros”, comento la joven de 25 años al diario estadounidense New York Post donde señaló también que pretende continuar el legado de su padre en las artes marciales.
“Mis padres nos dejaron hacer nuestras cosas. Cuando era niña, mi madre me impulsó a las artes marciales para la auto-disciplina. Yo tenía 7 años y no lo soportaba. Me gustaba el ballet y el patinaje”.
En la adolescencia estaba tan centrada que quería estar en los Juegos Olímpicos.
Pero una lesión le obligó a reconsiderar las opciones: “Mi vida entera era el patinaje. Entonces, de repente, necesitaba encontrar algo nuevo”, afirmó y fue entonces así como Bianca comenzó a actuar y practicar artes marciales junto a su padre, y a pesar de que disfrutó de la experiencia, al comienzo no lo tomó demasiado en serio.
“No me gustó lo que vi en la pantalla cuando vi mi primera película… Me di cuenta de que si esto era lo que iba a hacer, tenía que hacer las cosas bien”.
Bianca ha estado en varias películas junto a su padre.
Como Full Love, Welcome to the Jungle, U.F.O., The Shepherd: Border Patrol, Assassination Games y Six Bullets, además de coproducir las dos últimas, al principio, aparecía en los créditos como Bianca Van Varenberg -apellido real de su padre- sin embargo, luego salía como Bianca Bree (una versión abreviada de su segundo nombre, Brigitte).
Respecto a la relación con su padre:
La joven admitió que han tenido altibajos, pero que ahora están bien: “Hablamos y pasamos el rato, pero no es como que nos juntemos a comer y hablar de la vida. Nosotros vamos al gimnasio y pateamos cosas”, contó.
De tal palo… ¡Que astilla!.
