Se prueba la ropa de su novia para denunciar la indignante política de tallas de la moda (+Fotos)

Cuando el estadounidense Benjamin Ashton Cooper se puso a ordenar el armario de su novia, ayudándola a deshacerse de la ropa de otras temporadas, se llevó una sorpresa:casi todo lo que su pareja le estaba pidiendo que tirara a la basura era de la misma talla, la XL. Cooper jamás pensó que su novia, una mujer que describe como normal, ni gorda ni delgada, llevara prendas que se supone son para personas de mucha mayor envergadura.

Así que se lanzó a hacer un experimento: se probó la ropa XL y se fotografío con ella para denunciar la situación. A Cooper, que es un hombre bastante delgado, le quedaba todo demasiado apretado.  “No soy un hombre de tallas XL pero tampoco soy un hombre que llevaría una XL de mujer. Esta es la mierda que hace que las niñas de 8 años tengan trastornos de la alimentación”, escribe en Facebook.. Esta situación le indignó tanto que subió las imágenes a Facebook acompañadas del siguiente texto, en una publicación que ha sido compartida miles de veces:

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“Estoy ayudando a mi novia a limpiar su armario y me doy cuenta de que casi todo lo que está tirando es de la talla XL. Eso no me parece bien. Primero, porque me queda bien. No lo digo a lo tonto o de manera irónica.

Me enfada.

No tengo una talla XL de hombre, y, lo más importante, es que mi talla de mujer tampoco es la XL. Por esta mierda tenemos niñas de 8 años con trastornos de la alimentación. Por esta mierda los hombres gritan a las mujeres con curvas ‘jodida jabalí’ en las calles. Esto es por lo que los hombres creen que el sexismo es un mito perpetuado por los liberales. A la mieda el avergonzarse por el cuerpo”.

La denuncia de Benjamin Ashton Cooper tiene bastante calado, ya que, como demostró The Washington Post en este artículo, las norteamericanas han ido creciendo en las últimas décadas de tamaño pero su ropa no ha hecho más que hacerse pequeña. De ahí que las mujeres como la novia de Cooper se vean obligadas a comprar tallas XL con vergüenza. Tanta, que luego quieren tirar la ropa.