4 mitos y verdades sobre la cultura japonesa: ni tan locos ni tan perversos como los pintan

Cada vez que nos encontramos con una noticia sobre Japón, casi siempre es sobre alguna excentricidad: desde cuestiones de pedofilia completamente aceptadas, hasta inventos de lo más delirantes. La cuestión es: ¿Qué tan real es todo eso? ¿Cuántas noticias son verdaderas y cuántas falsas? ¿Serán acaso notas de color exageradas creadas con la intención de profundizar aún más la división entre Oriente y Occidente?

1. El famoso restaurante de culos

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Hace no mucho tiempo salió en internet una noticia sobre un restaurante japonés en donde los comensales iban a probar… sí, culos. Y por supuesto la gente enardeció: “Pero qué horror”, “¡Qué espanto!”, “A esos japoneses sí que les falla la cabeza”. Se podían ver “Comer culos: la última moda en restaurantes japoneses”.
En todas esas notas se daba el precio en euros: entre 100 y 150, pero nunca el nombre del restaurante o dónde quedaba. Eso sí, no escatimaban en detalles: culos limpios y perfumados para hombres de negocios. Y claro, una foto, una sola foto que vale más que mil palabras.
Lo cierto es que todo eso es falso. No sólo por lo irrisorio de la nota en cuestión (¿acaso es fácil abrir un restaurant de culos sin que les caiga bromatología para ver de qué se trata?), sino que sale de una película porno japonesa.

2. Inventos descabellados japoneses

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No conformes con sus perversiones y sus locuras, y si bien los nipones están hasta el tope en lo que a tecnología se refiere, no faltan esas notas de color en donde siempre hay un invento japonés estúpido que dará que hablar entre los occidentales. Ya sean ventiladores para enfriar los fideos o embudos para ponerse gotitas en los ojos, los japoneses parecieran tener tiempo de sobra para inventar tonterías y necesidades inimaginablemente idiotas a la vista del resto del mundo.

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Lo que muchos parecen no saber, es que a esos inventos locos se los llama Chindogus. ¿Y qué son los Chindogus? Son inventos que pueden ser factibles de realizarse pero que son completamente inútiles e innecesarios, y pertenecen a libros que se comercializan en Japón y el resto del mundo para reírse de la inventiva que los seres humanos pueden llegar a tener.

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Aunque como dato anecdótico: el palo de selfies nació en un libro de 1995 sobre inventos locos. Así que nada es imposible, aunque sí poco probable.

3. Los famosos perfumes de vagina, ano o axilas de colegialas

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Se dice que en Japón hay perfumes hechos a base del sudor, las heces o la orina de chicas adolescentes, y no sólo de mujeres, también los hay de chicos jóvenes y atléticos o niños.

¿Quieren saber la verdad? Pues sí, sí existen, pero en un circuito bastante cerrado. Es decir, no todos los japoneses salen corriendo a comprarlos.

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Son productos que responden a una gama de consumidores con parafilias bastante cuestionables, pero se supone que al no contener imágenes de niños reales y, de hecho, tales productos no contienen en realidad ninguno de los ingredientes que dicen tener y presentan más bien un perfume artificial, pueden ser comercializados sin problemas. Pero eso sí, solo a mayores de edad. Es un producto que sólo sirve para alimentar fantasías y nada más, y su uso no es para nada común.

4. Gatos maquillados

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Hace poco salieron a la luz notas sobre japoneses maquillando gatos, otra supuesta nueva “moda japonesa” que, por supuesto, dio que hablar. Amantes de los animales de todo el planeta se ofendieron por la locura nipona de obligar a sus mascotas a andar maquilladas por la casa, gente disgustada con la falta de respeto al reino animal y… ¡resulta que todo es mentira!

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Las notas incluso hablaban sobre algún maquillaje hipoalergénico inexistente que los dueños usaban para no lastimar a sus mininos ¡Y sin embargo todo era falso! Lo que pasó en realidad es que tanto la nota como las imágenes se extrajeron y se modificaron de una noticia vieja del 2014 que explicaba que gracias a un programa que se podía descargar para iPhone, los usuarios se divertían editando las fotos de sus mascotas para maquillarlas digitalmente, con la sola intención de reírse un rato.

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De hecho, uno de esos programas era el Perfect 365, que permite el retoque digital de fotos, aunque claro, hay muchos más. Así que ahí tienen, otra gran mentira que se ha viralizado sin sentido.