“Bailar hace que mi cuerpo se sienta con vida, y me esfuerzo por hacer arte justo, y eso incluye amar a mi cuerpo”. Así resume Frostine Shake su desempeño como bailarina, una profesión de la que fue expulsada cuando era una adolescente, pero que 12 años después la ha hecho famosa.
Esta maquilladora de 30 años residente en Austin (Texas Estados Unidos) se ha convertido en una celebridades Instagram gracias a las fotos en las que se la ve en posiciones acrobáticas.
Cuando tenía 15 años, Frostine decidió no continuar con su gran sueño, convertirse en bailarina de ballet. “Mis profesores me presionaban mucho, y yo no llegaba a sus demandas, y tampoco quería hacerlo”, recuerda.
Las demandas de sus instructores no tenían nada que ver con la técnica o el esfuerzo: le pedían continuamente que bajara de peso. Le decían que no había bailarinas con sobrepeso. Y Frostine se lo creyó. Hasta que a los 18 años descubrió el burlesque.
Este tipo de baile, que combina el teatro de variedades con el baile y el erotismo, enamoró a Frostine. “Empecé a explorar nuevos tipos de bailes que me dieron libertad para expresarme de una forma positiva con mi cuerpo. El burlesque resume mi amor por la moda, el baile, el arte y la música”, explica.
Pero Frostine no es una artista de burlesque al uso. En sus shows también empezó a incorporar los pasos de ballet que aprendió de niña, y ese punto clásico es el que le está dando el éxito. “Tomo prestados del ballet la mayoría de mis gestos y movimientos. Me hace sentir grácil, elegante y fuerte”, resume.
Frostine es el mejor ejemplo de que puede haber todo tipo de bailarinas. La clave está en que sea como sea su cuerpo, estén a gusto con él y no se impongan límites, ni tampoco se los dejen imponer por los demás.
“Si tu sueño es convertirte en una bailarina profesional, adelante. Pero siempre recuerda poner tus principios y tu dignidad por delante”, asegura. Toda una oda al amor propio.