Desde que se vendió el primer smartphone, este tipo de teléfonos móviles se ha tomado el mercado mundial. Hoy, hay personas que han llegado a declararse adictos a sus celulares inteligentes, necesitándolos cada día, todo el día. Pero, al mismo tiempo, hay quienes se han querido alejar de esta afición enfermiza y cambiaron las pantallas táctiles por equipos más antiguos.
Entre esas personas se encuentran famosos como Scarlett Johansson y el gerente de Shutterstock, Danny Groner.
Pero muchas personas se preguntan por qué dejar de lado un teléfono que ‘hace de todo‘ para usar uno que sólo sirve para llamar y mensajes de texto. Por eso, la BBC conversó con la profesora de psicología de Harvard, Holly Parker, que ve en esta iniciativa, una ayuda para mantener distancia entre el trabajo y el hogar.
La especialista explica que “la gente no tiene por qué elegir entre trabajar también en casa o no hacerlo” y que, por ello, se llevan mucha carga laboral a sus hogares.
Por otra parte, muchos creerían que un hombre como Groner vive pegado a su móvil pero él eligió cambiarse a un teléfono plegable por un motivo bastante plausible.
“Me preocupa que pueda ‘quemarme’, me paso 13 o 14 horas al día frente a una pantalla. Eso es suficiente. No tienen que ser 17 horas.”
Incluso la editora de Vogue, Anna Wintour, que tiene varios teléfonos, prefiere aquellos menos conectados.
El abogado y especialista en ética de la tecnología, David Ryan Polgar, también habló con ese medio y explicó que el fenómeno se entiende como una reacción a la sensación de estar subordinados a los smartphones, viendo el nuevo auge de los celulares anticuados como una respuesta a esta especie de adicción que la sociedad actual tiene por ellos.
“La adopción de un teléfono plegable es una declaración audaz de que uno tiene el control”, explicó el abogado.