6 Asesinos históricos que cometieron CRÍMENES perturbadores

Estas son las historias de algunos asesinos en serie que estremecieron a la humanidad desde épocas antiguas, que por la maldad y la demostración de tan altos niveles de perversión, nos lleva a pensar que son auténticos monstruos sin alma.

Échales un vistazo:

1. Catalina de lo Rios.

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Solía azotar y quemar a sus sirvientes, los cuales muchas veces morían bajo sus torturas… Se dice que a los sirvientes hombres le cortaba la lengua y a las mujeres los pechos, que le cercenó la oreja a uno de sus amantes y que apuñaló a un sacerdote.

Fue acusada de envenenar a su padre en su lecho de muerte y a un caballero a quien invitó a su casa y luego asesinó, debido a sus riquezas y a que se codeaba con jueces y letrados, la responsabilidad de su delito fue para un esclavo quien fue ahorcado en la plaza. Después de 30 años fue hallada culpable, sin embargo no se le dio sentencia: Para librar su alma, en su testamento delegó que se organizaran misas a su nombre y en nombre de todos los indios que murieron en sus manos.

2. Henry Rathbone.

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Henry falló en salvar al presidente Lincoln, razón por la cual se desestabilizo mentalmente llegando al punto de intentar asesinar a sus 3 hijos, 18 años más tarde de lo sucedido: Cuando su amada esposa intentó impedirlo, Henry la apuñaló y asesinó, luego de esto intentó quitarse la vida apuñalándose 5 veces en el pecho sin lograr su cometido… Fue declarado inestable mental y vivió el resto de su vida en un asilo convencido de que alguien intentaba envenenarlo a través de las paredes.

3. Giles de Rais.

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Sus estudios le permitieron conocer a Juana de Arco, mujer que idolatraba en secreto, cuando Juana fue quemada en la hoguera su existencia entró en un abismo de perdición, se divorció de su mujer y se encerró en su castillo, negándose a tener contactos sexuales con ninguna mujer.

Su primer víctima fue una entrega al diablo para que le de poderes y así conseguir transformar cosas en oro, le cortó las muñecas, le sacó el corazón, los ojos y toda la sangre… Como era de esperarse el diablo no se le apareció ni le concibió ningún poder, lo que sucedió fue que descubrió una nueva pasión: La tortura, la violación y el asesinato a niños.

Giles era un necrófilo, pedófilo y vampírico que asesino a al menos 200 niños y adolescentes mendigos en su mayoría, disfrutaba de cortarles la cabeza para hacer concursos de “belleza” donde participaban sus esclavos y elegían la más bella que luego era utilizada para propósitos sexuales… Fue sentenciado y quemado en la hoguera a vista de los padres de los niños que fueron sus víctimas.

4. Locusta.

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Locusta nació en Galia durante el siglo I, criada en el campo desde niña aprendió sobre todas las propiedades de las plantas… Fue utilizada por autoridades romanas para asesinar a un sin número de rivales políticos tras la caída de Nerón uno de sus más ilustres clientes y protector, a Locusta le llegó la hora de pagar por sus asesinatos: Fue culpada por más de 400 muertes y fue sentenciada a ser atada y violada por una jirafa amaestrada a la vista de todos y luego su cuerpo fue lanzado a los leones para que la despedazaran.

5. Alexander Sawney y su familia.

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Alexander Sawney huyó con su esposa para vivir en una caverna, sobrevivían asaltando a viajeros que pasaban por la zona, pero a medida pasaban los años y el incesto se iba haciendo paso, se vieron en la necesidad de recurrir a otras prácticas como el canibalismo, sus víctimas eran llevadas a la caverna y comidas por los hijos y nietos producto del incesto.

En una ocasión una de sus víctimas logró escapar y vio como se devoraban a su esposa, al huir del lugar llegó hasta el rey para contarle lo ocurrido y con 400 soldados lograron capturar a todos en la caverna… Encontraron a Sawney y su mujer, 8 hijos, 6 hijas, 18 nietos, 14 nietas, los hombres fueron desmembrados en la plaza principal mientras las mujeres veían y luego ellas fueron quemadas en la hoguera.

6. Elizabeth Báthory.

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Además de una perversión sádica y sexual, la Condesa Elizabeth Báthory sentía especial atracción por la sangre, y no sólo se contentaba de beberla, como es habitual en los llamados asesinos vampíricos, sino que se bañaba en ella con el fin de impedir que su piel envejeciese al paso de los años.

Fue condenada a una muerta lenta: encerrada en el dormitorio de su castillo, con una pequeña ranura por la cual le daban algunos desperdicios como comida y un poco de agua… Murió a los cuatro años de su encierro, sin intentar comunicarse con nadie ni pronunciar la mínima palabra, fue una especie de suicidio; de repente dejó de tocar alimento alguno y fallece en 1614 cuando contaba con 54 años.