Sin los postits estaríamos sumidos en el caos, nadie recordaría nada, ni podrían convertir las paredes de sus oficinas en murales, no podrían dejar notas pasivo-agresivas en los frigoríficos, ni se podrían tener guerras como esta que hubo recientemente en Nueva York.
Todo comenzó de forma inocente. Una empleada de Harrison & Star escribió un simple “hola” con postits en la ventana y esperó a que alguien respondiera. Y lo hicieron, pusieron “qué pasa”. Hasta ahí, todo muy civilizado, pero es que no acabó la cosa. Ambos edificios albergan un buen número de agencias creativas y de marketing, y los trabajadores, tan creativos ellos, no pudieron resistirse. Pronto las ventanas estuvieron llenas de mensajes divertidos y dibujos. Pero como descubriréis si seguís leyendo, todo acabó de forma devastadora e inesperada…
Todo comenzó con un inocente “Hola” en la 6ª planta del 75 de la calle Varick en Nueva York

Pronto, “qué pasa” apareció en el edificio de enfrente

Pronto, “qué pasa” apareció en el edificio de enfrente

Las ventanas empezaron a llenarse de imágenes divertidas y mensajes

Alguien hizo un icono de Snapchat

Otros le pusieron más imaginación

¡Hasta hubo Angry Birds!

Los fabricantes de postits 3M se unieron a la guerra proporcionando munición gratis (más postits)

Cuanto más creativa se volvía la guerra, menos claro estaba quién ganaría

¡Ni Spiderman podía detenerlo!

Sin más opciones, Havas Worldwide acabó la guerra dejando caer un micrófono. Los empleados se quedaron hasta tarde con pizza y cervezas para crear este espectacular final

