Resulta bastante impresionante ver cómo la naturaleza devora la civilización, cómo el musgo, los árboles y matorrales van invadiendo este desguace abandonado hasta incorporarlo de nuevo al inmenso paisaje verde. Sobre todo, considerando que normalmente ocurre justo al contrario en este mundo nuestro de asfalto incesante y contaminación descontrolada. Y es que la Madre Tierra siempre intenta recuperar los espacios perdidos.
Pero tenemos que decir que así ha ocurrido, por esta vez, el bosque pudo ganar la partida, en una suerte de mundo al revés que nos deja unas imágenes realmente fantásticas. Aunque podamos pensar que una cantidad inmensa de vehículos abandonados podría empeorar lo que viene a ser un gigantesco bosque de color verde, a él no le preocupó, pues su fuerza irremediable siguió imponiéndose sobre el resultado de un paraje que podría ser post apocalíptico.
Más de 1.000 vehículos clásicos de los cincuenta, de marca Opel, Ford, Volvo, Audi o Saab, entre otros modelos de estilo vintage, conviven con todo tipo de vegetación en una zona boscosa espesa del condado de Bastnas, un pueblo minero del sur de Suecia, formando un cementerio de coches perdido en medio de un bosque. Siga leyendo el artículo porque las imágenes que nos regaló el curso de la naturaleza son simplemente fascinantes.
El óxido y las plantas comenzaron a hacer estragos en la carrocería, colándose también a través de las ventanas después de desaparecer sus dueños, dos hermanos que almacenaban coches abandonados por los soldados estadounidenses al salir de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Lo hacían para vender sus piezas, un negocio que mantuvieron hasta la década de 1980, dejando definitivamente el lugar en los años 90, con el increíble resultado que ahora agradecen turistas, amantes de la naturaleza y demás curiosos.
Aquí se puede cosas como un árbol atravesando un coche para hacerse camino conforme va creciendo, observar coches apilados llenos de un musgo de un color verde brillante que cubra carrocerías, volantes y asientos…
Es casi tan sorprendente como encontrarse con el desguace cuando uno se adentra en un denso bosque que literalmente se lo ha acabado devorando completamente. Frente a las opiniones que quisieron desmantelar el desguace, las voces de los ambientalistas no se hicieron de esperar, considerando que hay que mantener el cementerio de coches, ya que la vida silvestre forma parte de él.
Hoy en día, coches de marca Opel, Ford, Volvo, Buick, Audi, Saab y Sunbeam se están oxidando lentamente entre los arbustos incesantes de este gran bosque.
El fotógrafo Svein Nordrum se aventuró entre la densa maleza de este bosque para tomar algunas fotografías de todos estos vehículos abandonados.
Él afirmó que el ambiente era muy tranquila, algo que cabe de esperar de un sitio de esta índole. También dijo que el estar allí daba una sensación muy extraña, como si estuvieras en el borde del mundo.
“El bosque es muy denso, sólo permite ver algunos coches, los demás tienden a desaparecer entre los grandes árboles y arbustos”.
“Los carros son ahora parte de la naturaleza de alguna manera. Los árboles crecen entre y a través de los coches, con ramas metiéndose entre ventanas y los cofres”.
Sin embargo, los esfuerzos por remover estos coches del bosque se han visto frustrados. “Algunas personas en Suecia quieren hacer desaparecer todos estos carros, pero los ambientalistas no lo permiten. Afirman que las aves y otros animales se han hechos nidos en las carrocerías”. Increíblemente, lo que pudo ser basura para algunos, ahora es el hogar para otros.
Los aproximadamente 1.000 vehículos en conjunto suman aproximadamente unos 100.000 libras esterlinas en chatarra, una cantidad bastante considerable.