7 Victimas de ataques de tiburón que sobrevivieron para contarlo

Según diversos estudios, y contrario a lo que solemos pensar, los tiburones se interesan en los seres humanos pero por lo que general no nos ven como comida. Es más: se dice que la probabilidad de que seas atacado por un tiburón es de apenas 1 en 3,7 millones. Es decir, ¡que hay más posibilidades de que mueras quemado por un rayo, por fuegos artificiales o, incluso, por el sol!

Aunque claro, siempre hay excepciones. Si tienes la mala suerte de encontrarte con un tiburón blanco, lo más sensato es que sientas miedo. Porque a diferencia de otros tiburones, este es bastante peligroso si se le perturba: además de ser fuerte y rápido, es muy difícil anticipar su comportamiento.

Por eso, estas personas son todo un caso de estudio: no solo fueron atacados por un tiburón (eso ya los hace bastante especiales) sino que, por si fuera poco, ¡vivieron para contarlo!

1. Kaley Szarmack, la pequeña valiente

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Kaley tenía 10 años de edad cuando, mientras surfeaba en Jacksonville Beach, Florida, un tiburón de 1,2 metros de largo le mordió la pierna. En ese minuto ella intentaba salir del agua, pero al darse cuenta de lo que sucedía, y pese a que su pierna sangraba profusamente, corrió de regreso al océano para advertir a la amiga que la acompañaba. La pequeña valiente fue hospitalizada, pero afortunadamente ella y su amiga se encuentran en buen estado y libres de peligro.


2. Bethany Hamilton, la que inspiró “Soul Surfer”

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El 31 de octubre del 2003, esta surfista hawaiana salió a surfear con unos amigos. Mientras descansaba sobre su tabla, con su brazo izquierdo bajo el agua, un tiburón tigre la atacó, arrancándole el brazo justo por debajo del hombro. Aunque perdió alrededor del 60% de su sangre, la chica sobrevivió. ¡Y no solo eso! Sólo 10 semanas después del incidente, volvió a surfear, superando con éxito la grave lesión y el consiguiente trauma posterior.


3. Mick Fanning y el ataque sorpresa

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El campeón del mundo del ASP World Tour de surf vivió momentos de pánico en la semifinal de la prueba J-Bay en Sudáfrica, el año pasado. Mientras permanecía sentado en su tabla, notó que algo tiraba de su pierna. Las imágenes capturadas muestran cómo rápidamente saltó al agua para esquivarlo, al tiempo que lo golpeaba con todas sus fuerzas en la espalda. ¡El surfista trató de escapar a nado hacia la orilla y fue interceptado por el equipo de rescate!


4. Greg Pickering, doblemente afortunado

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Este australiano puede considerarse un tipo con suerte (¡o todo lo contrario!): ha sido atacado dos veces y ha logrado salvarse en ambas. La primera vez fue el año 2004, cuando él y un amigo fueron interceptados por un tiburón cobrizo de 1,5 metros, mientras nadaban al norte de Perth. Pero su herida en la pierna no se compara con las múltiples heridas del 2013, cuando, mientras buceaba buscando un abulón, fue atacado por un gran tiburón blanco. 


5. Mike Coots, el defensor de los tiburones

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Al igual que Bethany Hamilton, este surfista fue atacado por un tiburón tigre en 1997, en la playa de Kauai (Hawái). Como resultado del violento ataque, Mike perdió gran parte de su pierna derecha, pero supo reponerse y volver a su tabla con una prótesis ortopédica. Pese a todo, para él la conservación de los tiburones es una de sus principales banderas de batalla, y lucha por la prohibición de la posesión y venta de sus aletas.


6. Achmat Hassiem, el campeón paralímpico

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En agosto del 2006, a los 24 años, Achmat Hassiem nadaba en una playa en Sudáfrica, cuando vio que un tiburón blanco se acercaba a su hermano menor. Hizo todo para desviar la atención del animal y luego de unos minutos terminó en las fauces del escualo, que lo arrastró por 50 metros y arrancó su pierna derecha. 6 años más tarde, ganaría una medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Londres, en la categoría 100 metros estilo mariposa. 


7. Marc Riglos y su lucha por sobrevivir

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Este buzo tuvo un encuentro cara a cara con un tiburón tigre de más de tres metros, en las aguas de Maui. Como resultado, Marc casi pierde su pierna, que quedó prácticamente desprendida, flotando en el agua. El chico cuenta que debió golpear al tiburón reiteradas veces en su nariz, y que finalmente este lo soltó. De hecho, la recomendación es justo esa: intentar golpear al tiburón en la zona del hocico, la órbita del ojo o la zona de las branquias.

¡Testimonios impactantes! Tras ellos, sólo nos queda claro una cosa: por mucho que los tiburones no suelan atacar a los humanos con demasiada frecuencia…

¡Cuando lo hacen, lo hacen con fuerza