Él no dudo en Habilitar 21 habitaciones e instaló rejillas de ventilación falsas a través de las que espiaría a las parejas. Ni sospechaba cómo terminaría todo.
Gerald Foos, un empresario estadounidense, compró un motel en Colorado, EE.UU., en el que recibiría a todo tipo de huéspedes a fin de satisfacer sus necesidades sexuales como voyerista.Restauró el lugar, anunció que estaba abierto a recibir personas, y entonces echó a correr una historia nunca antes vista. ¿Qué haría el tipo? Los espiaría mientras tenían sexo. Para ello habilitó 21 habitaciones e instaló rejillas de ventilación falsas a través de las que espiaría a las parejas.
Foos, que llevaba años casado con Donna, fue protagonista de una historia tan insólita como terrorífica.
Cuando una pareja atractiva llegaba al motel, Foos y Donna la alojaban en alguna de las habitaciones con rejillas en el techo. Entonces, el voyersita subía con o sin su esposa a la espera de una noche de sexo para mirar, tomar notas y también complacer sus deseos más íntimos.
Así pasaron meses que se convirtieron en años, y años que se convirtieron en décadas hasta que en 1995, Foos decidió vender el motel. Todo esto luego de haber registrado una enorme colección de fotografías, notas y videos de parejas que jamás supieron estaban siendo espiadas.
El tema generó gran polémica y el voyerista siempre se defendió bajo el pretexto de que su “experimento” tenía fines científicos.
Un día, y esto es lo peor de todo, Foos descubrió que uno de sus huéspedes mantenía droga en la habitación. Entonces esperó a que saliera a comprar y la quemó toda.