Hace poco, en un complejo de apartamentos de lujo en Nueva York, exigieron una prueba de ADN de los perros que los residentes iban a tener en dichos domicilios. ¿La razón? Determinar si los canes podían llegar a tener tendencias agresivas según sus genes.
Esta idea se basa en que las conductas agresivas de determinadas razas viene determinada por sus genes. Esto, que mucha gente da por cierto, es en realidad un mito. Así lo describió la Dra. Rachel Gray, de la Universidad de Bristol, en un estudio realizado a 4.000 canes.
Erin Brodwin, redactora de la web Business Insider, decidió realizar esta prueba con su pequeña compañera de 4 patas, Izzie. Su mascota no pertenece a ninguna raza en particular, lo cual hace que sus orígenes sean más misteriosos. Aquí os mostramos losinesperados resultados de dicha prueba.
Esta es Izzie cuando fue adoptada, hace casi una década. En aquel momento dijeron que era una mezcla de golden retriever. Tan solo tenía un año, por lo que nadie sabía exactamente el tamaño que alcanzaría
Izzie no creció mucho más. Siempre tuvieron cierta curiosidad por conocer qué tipo de mezcla llevaba en sus genes. Ahora, con la ciencia mucho más avanzada, hacerle un test de ADN es económicamente viable
Había varias opciones para las pruebas. Erin escogió una prueba desarrollada por MARS Veterinaria. El kit costaba 84,99$, por lo que no es barato, pero sí asequible
En el interior había 2 hisopos con instrucciones sencillas
En un lateral de la caja había un número, que serviría como identificativo a la hora de enviarlo al laboratorio
La forma de obtener el ADN en un perro es muy parecida a la de los humanos. Tan solo hay que frotar el hisopo en la parte interior de las mejillas durante 15 segundos, y repetir con el segundo hisopo
A Izzie no le entusiasmó demasiado el proceso
Una vez recogidas las muestras, hay que dejarlas secar durante 5 minutos y guardarlas en sus recipientes
Cuando las muestras ya estaban secas fueron empaquetadas de nuevo y enviadas al centro de análisis. Allí su ADN sería comparado con el de 250 razas de perros, en base a 1.800 marcadores genéticos distintos. La prueba también busca coincidencias con coyotes, lobos, etc.
Los orígenes genéticos de Izzie por fin serían descubiertos
Después de dos semanas, Erin recibió un correo electrónico con los resultados. La primera imagen que vio fue esta:
¿Chow Chow y cocker? ¿Samoyedo y perros esquimales? “¿Todo eso está dentro de mi pequeño golden retriever?“
Al principio era increíble. Izzie no se parece en nada a un cocker spaniel y, según sus resultados, el 38% de sus genes son de esa raza
Mientras que físicamente no se parece a un cocker spaniel, sus comportamientos sí se ajustan a los de esta raza. Los cocker son famosos por ser perros alegres, inteligentes y amables, además de familiares y activos
La siguiente raza predominante era el Chow Chow. Así fue como descubrió que el resto de comportamientos de Izzie, como la lealtad a la familia, la timidez con los extraños, y su espíritu independiente procedían de esta raza
Izzie también es , en un 12’5%, un perro esquimal. En realidad, su hocico y sus ojos sí se ven bastante parecidos a los de esta raza
La última raza en aparecer en el ADN de Izzie era el samoyedo, con un 12,5%. Tanto la cola como el hocico y los ojos de esta raza, albergan ciertas similitudes con nuestra peluda amiga
La última página se refería a los restos de ADN que no se podían clasificar en los grupos anteriores. Estos son los grupos de perros a los que es más probable que pertenezca
No hay restos de ADN de coyote o lobo en Izzie
Aún así, hay que tener en cuenta que todos los perros siguen siendo miembros de una sola especie. Sus diferentes características visuales se deben a la selección realizada por los humanos a la hora de criarlos
Izzie, con su mezcla de Chow Chow, cocker spaniel y perros esquimales es realmente única. Pequeña en estatura, pero grande en personalidad, dulce y amorosa
Vía: La Voz del Muro