Hay algunas personas que todavía tienden a pensar que las amas de casa lo tienen mucho más fácil que los padres trabajadores. Tradicionalmente, siempre han sido los padres los que han tenido trabajos a tiempo completo, mientras que las madres solían estar en casa y encargarse de los niños. Pero cualquier mujer te diría que ser madre y ama de casa es el trabajo más duro del mundo… y como los tiempos están cambiando, muchos padres están también de acuerdo en esta gran labor. El hombre de esta historia ha tenido que aprender la lección de la manera más dura, y por ello su honesto mensaje se está haciendo viral.
Todo comenzó cuando Brad tuvo que salir corriendo del trabajo. Recibió un mensaje de texto de su esposa, Sarah, diciéndole que su hígado estaba fallando y que iba camino del hospital. Sin tiempo para procesar la desgarradora información, el padre, a los 27 años de edad, se enfrentó al papel de madre con sus dos hijos: Knox, de 2 años de edad, y Finn, de 6 semanas de edad.
Al día siguiente, Brad contó en Facebook cada detalle de esas primeras 24 horas en casa con los niños, describiéndolas como “una montaña rusa a 160 Km/h marcha atrás que atraviesa cascadas de vómitos, caca y un montón de lágrimas.” Desde luchar por encontrar formas de mantener a los niños entretenidos, hasta acertar con las comidas que realmente fueran a comer o hacer todo lo posible para que el bebé no se despertara. Brad manejó los gritos, los llantos, las quejas y las rabietas, todo enmarcado en una noche agitada, agotadora e inesperadamente conmovedora.
“Hoy he tenido que ser la madre …
Normalmente cuando tu esposa dice: ‘me gustaría poder ser el padre’, tú reaccionas sorprendido como diciendo… ¡pero si es lo mismo! Bien, pues siéntate, relájate, tómate una copa, unas palomitas, olvida tu horario y átate los cordones porque estoy a punto de llevarte a un viaje a la realidad que sólo se podría comparar con una montaña rusa que va a 160 Km/h marcha atrás y que te lleva a través de cascadas de vómito, caca y un montón de lágrimas.
Y cuando hayas terminado de limpiar lo tuyo, te tocará lo de los niños”.
“Todo comenzó ayer cuando tuve que salir corriendo del trabajo. Según está socialmente aceptado, los padres descansan después de su jornada de trabajo, unas 40 horas a la semana, tras haber cumplido con su deber de “mantener a la familia”. Mientras tanto, las amas de casa no tienen descanso y continúan el resto del día haciendo eso que desde fuera parece que lo hacen casi “sin esfuerzo”… Pues resulta que ellas son las que realmente mantienen a una familia.
“Mi hígado ha fallado”, leí en el mensaje de texto de mi mujer, Sarah. Y fue entonces cuando me convertí en madre.
Ya han pasado 24 horas…”
“…siento como si el cambio de ritmo de las escenas de la serie de televisión ‘Ley y orden’ fuera apropiado para este momento.
17:00 llegada a casa – La tierra de las águilas
17:01 exploraciones iniciales de la casa:
· Habitaciones llenas de trastos.
· Las raciones de comida se limitan a pequeñas galletitas, salsas varias, bolsas de té y una clara falta de carne descongelada.
Knox (de dos años), con su capacidad del habla limitada, quiere ver un DVD y me lo comunica con rugidos.
Finn (con 6 semanas de edad) se comunica sólo a través del juego de adivinanzas ‘frío o caliente’, llorando por el calor y llorando aún más por el frío”.
“Puse el DVD para ganar tiempo con Knox. Finn sigue pidiendo lo mismo, no parece que se esté calmando. Un biberón reduce solo unos meros gemidos. Lo cogeré.
Conforme avanza la noche, mi paciencia se agota; me limito a mantener a Knox tranquilo, permitiéndole colocar pegatinas en mis piernas (muy peludas…os podéis imaginar el dolor al despegarlas). Por lo menos así se mantiene tranquilo…
Además, no pasa nada puedo afeitarme las piernas por la mañana, fue lo que pensé. Lo importante era no despertar a Finn”.
“Es sorprendente cómo los bebés duermen como duermen. Ya sabéis lo que quiero decir, ¿no?… Terminas de darle de comer, lo tomas con suavidad hasta sacarle los gases. Él eructa y tú le frotas la espalda para hacerle sentir a gusto. Y sus párpados se vuelven pesados, y él respira profundamente por la nariz como si el reconfortante calor fuera demasiado agradable para poder mantener los ojos abiertos. Es realmente bonito…
Acto seguido, lo envuelves muy suavemente, lo acercas a tu cara, le das un beso en la frente, y lo meces hasta entrar en la habitación… como si estuvieras bailando en solitario el más lento de los vals. En ese momento te ves moviendo las caderas como nadie, porque eres el “puto amo” que ha conseguido dormir al niño, y lo acuestas suavemente en su cama, lo cubres, y lo arropas… es hermoso. Es un momento tan agradable y sereno el que se llega a compartir con ellos…
¡Justo hasta que deja de percibir tu olor, se da cuenta de que te estás alejando de su cuna…vuelve a abrir los ojos y, por supuesto, empieza a berrear como si lo hubiera agarrado de las piernas y lo hubiera lanzado contra la pared!”
“Encima, de repente, en ese momento, alguién llama a la puerta…
¿Alguna vez has tenido la sensación de que alguien te ha pillado haciendo algo que no deberías estar haciendo? Eso es lo que sentí cuando le abrí la puerta a mi suegra. Así que allí estaba yo: sin afeitar, con el pelo hecho un desastre, con los mismos pantalones y calcetines del día anterior, y una sudadera con capucha que escondía el hecho de que no llevaba camisa. No me había duchado, ni siquiera me había cepillado los dientes, Knox salió corriendo en su saco de dormir pidiendo que le abriera una barrita de muesli de yogur.
Le abrí la puerta…y quedaron revelados otro descuido: los fideos de Knox estaban todavía en un plato sobre la mesa, las pegatinas estaban pegadas en toda la maldita sala de estar… la casa era un caos absoluto. En ese momento supe que había fracasado. Fue también en ese momento cuando supe que mi suegra sabía que yo sabía que había fracasado. Es bien sabido que todos queremos caer bien a nuestros suegros… yo claramente no lo estaba consiguiendo.
Todo esto ocurrió sólo a las 16 horas de ‘ser madre’. Y he fallado. Ni siquiera he sido capaz de mantener mi propia higiene personal como madre y mucho menos la capacidad de mantener una casa, educar a los niños, preparar las comidas e incluso salir fuera a hacer otras actividades.
Sarah sigue todavía en el hospital… ¡Qué te mejores pronto nena!
#quieroserunpadredenuevo”
¿Alguna vez te has visto en esta situación? Si te has sentido identificado con la situación que ha vivido este padre en la ausencia repentina de su mujer, ¡compártelo con tus amigos seguro que es un gran apoyo para todas las mamás que trabajan duro cada día y para los “papá-mamá” que también se enfrentan a este reto”!