Prisioneros escaparon de su celda sin autorización. Lo que quedo grabado se hizo VIRAL

“Estábamos preocupados por si (los otros guardias) venían con armas y nos atacaban”.

Temían que los otros guardias no entendieran qué era lo que estaban haciendo y que, por ejemplo, les disparasen. Pero eso no evitó que un grupo de ocho reclusos de una cárcel en Texas, Estados Unidos, hicieran lo que pensaron correcto para ayudar a uno de los guardias del lugar.

Escaparon de sus celdas. Golpearon puertas. Gritaron. Entre ellos había un guardia desplomado en el suelo. Pero no era lo que parecía.

Un grupo de prisioneros estadounidenses hicieron noticia luego de arriesgar sus vidas para salvar a uno de los hombres que los vigilaba en el recinto.

Todo comenzó cuando vieron que el guardia en cuestión, que pidió que se mantuviera su anonimato, perdió la consciencia.

Estaba sentado en una silla y los reos vieron cómo cayó hacia un lado.

No sabían qué había provocado su desmayo, aunque sospechaban que podía ser algo grave.

Tras esperar unos minutos y deducir que no vendría nadie, decidieron forzar la cerradura de su celda para salir y llamar la atención de otras personas.

Tímidamente se asomaron al pasillo y gritaron, pero como nadie venía resolvieron que lo mejor era hacer ruido: comenzaron a gritar y golpear las paredes y puertas.

 

giphy

“Estábamos preocupados por si (los otros guardias) venían con armas y nos atacaban”.

-Nick Felton, uno de los prisioneros, en declaraciones a WFAA-

Cuando llegaron los otros guardias ellos se devolvieron a su celda y vieron cómo trataban de darle respiración boca a boca.

Más tarde presenciaron la llegada de los paramédicos, quienes hicieron reanimación cardiopulmonar al hombre. Había sufrido un ataque cardíaco.

 

Su buena acción pudo ser clave para salvar la vida del guardia, ya que -de acuerdo al mismo recinto penitenciario del condado de Parker- habrían pasado otros 13 minutos antes de que llegara otro cuidador al lugar.

Cuando les preguntaron a los reclusos por qué se arriesgaron a un aumento de pena o incluso a un ataque por parte de otros guaridas que no entendieran la situación, ellos respondieron que el hombre que sufrió el ataque cardíaco era un “buen hombre” y merecía el riesgo.