¡La habían dado por muerta!.
La historia de Olive Oatman y su familia es digna de una película… Ella nació en Illinois, Estados Unidos en 1837, en una familia mormona, cuando tenía 14 años, los Oatman decidieron abandonar Utah, la ciudad donde vivían, para emigrar a California en búsqueda de una vida mejor.
La iglesia a la que seguían tenía conflictos con otra institución religiosa y debían buscar nuevos rumbos, pero este viaje cambiaría sus vidas para siempre.
Echa un vistazo a su historia:
En el cuarto día de recorrido la carreta de la familia fue atacada.
Por un grupo de nativos americanos que según dicen las investigaciones deben haber sido la Yavapai, los padres de Olive y cuatro de los niños fueron asesinados… Lorenzo, uno de los hermanos de Olive de 15 años, fue golpeado con un garrote y dejado para morir en la intemperie, mientras Olive y su hermana Mary Ann de 7 años fueron secuestradas para ser vendidas como esclavas.
A pesar de quedar muy herido Lorenzo se salvaría y eventualmente se recuperaría en un asentamiento cercano. Luego enterraría a su familia a la que creyó asesinada completamente.
Los Yavapai llevaron a las niñas a su poblado donde fueron utilizadas como esclavas hasta que el líder de la tribu decidió venderlas: Un grupo de la tribu Mojave visitaría el lugar un años después y se llevaron a las dos niñas a cambio de dos caballos, vegetales, mantas y otras cosas, estos indígenas eran famosos por sus temibles tatuajes y por leyendas de violencia… Pero su suerte no terminó ahí.
Un jefe Mojave y su esposa adoptaron a las niñas blancas…
Y decidieron pintarles tatuajes en sus barbillas y brazos con tinta azul a la usanza de la tribu. Olive pensó que aquella marca la identificaba como esclava, pero en realidad era un símbolo de protección mojave para entrar en el valle de la muerte. La mayoría de las mujeres mojave llevaban este tipo de marcas y las hermanas fueron consideradas parte de la tribu.
De hecho se dirigían a ellas con la palabras “ahwe”: Que significa “extraño”, no esclavo o cautivo, Olive recibió el nombre Mojave Oach y el apodo de Spantsa, que según algunos expertos significa que estaba activa sexualmente… En 1855 una dura sequía afectó a la tribu lo que ocasionaría la muerte de muchos Mojaves entre ellos Mary Ann que no pudo soportar la falta de comida.
¡Olive no sabía que su hermano estaba vivo!.
Sin embargo los rumores de que habían mujeres blancas viviendo con los indios comenzaron a extenderse entre las comunidades europeas, un día un mensajero llegó al campamento Mojave pidiendo el regreso de Olive con los suyos: Después de tensas negociaciones se acordó que la joven de 19 años fuera trasladada al Fuerte Yuma.
Según cuentan las crónicas de aquel tiempo Olive lloró su partida llevándose las dos manos a la cara una vez que fue entregada al ejército de Estados Unidos, ella revelaría después que varias veces se ocultó de los “blancos” que llegaban a la tribu a comerciar para no volver a la civilización.
La chica llegó vestida como Mojave, con una falda y los pechos descubiertos y tuvieron que entregarle ropas occidentales… Unos días después de su llegada al fuerte, Olive se volvió a reunir con su hermano Lorenzo que la estuvo buscando por años.
Para ese entonces era muy famosa en el Oeste norteamericano.
¡Y su historia se hizo conocida en todo el país norteamericano! En 1857, Royal B. Stratton escribió el libro “The Captivity of The Oatman Girls” que se convirtió en un éxito de ventas y Olive fue su amuleto comercial, de hecho la chica con el tatuaje en la cara hizo múltiples lecturas por Estados Unidos como forma de promoción… En 1865 la mujer se casó con un empresario ganadero llamado John B. Fairchild con el que no pudo tener hijos, sin embargo adoptaron a una niña y se mudaron a Texas.
Olive murió de un ataque al corazón el 20 de marzo de 1903, a los 65 años… Hubo muchos rumores acerca de la vida de Olive Oatman mientras estuvo cautiva: Se dijo que se había casado con un mojave y había tenido hijos pero ella siempre negó esto, incluso dijo que nunca fue violada o maltratada sexualmente ni por los Yavapai ni Mojave.
“Por el honor de estos salvajes que se diga nunca abusaron impuramente de mí”
Declaró en el libro de Stratton… Sin embargo su apodo “Spantsa” da a entender que ella era sexualmente activa.