Las piscinas son una parte fantástica del verano, pero no siempre están tan limpias como parecen…
No te preocupes, no es una publicación para germofóbicos acerca de por qué las piscinas son asquerosas y por qué deberías evitarlas para siempre. No vivimos en un mundo estéril, por eso es completamente normal que las piscinas tengan gérmenes al igual que todo lo demás. Además, muchas bacterias son inofensivas y están presentes de forma natural en el ambiente y en nuestra piel. Lo que debes evitar son los patógenos: cualquier bacteria, virus u otro organismo que cause infecciones y enfermedades.
La mayoría de la gente (te miro a ti) traga accidentalmente algo de agua de la piscina al nadar.
Los adultos ingieren un promedio de 15 mililitros de agua cada vez que nadan, mientras que los niños suelen tragar el doble, según lo que la especialista en gérmenes, la Dra. Kelly Reynolds, de la Universidad de Arizona,le contó al portal Buzzfeed Health. De hecho, al chapotear, zambullirte y escupir puedes estar permitiendo el ingreso de patógenos que se transmiten por el agua, como aquellos que se desprenden de la caca, los cuales obviamente pueden enfermarte.
Por eso, aquí van 17 muy buenas razones por las que deberías hacer todo lo posible por no tragar nada de agua de las piscinas:
1. Más de 89 millones de personas nadan cada verano en las piscinas públicas, que se convierten así en un lugar popular para intercambiar gérmenes.
Sinceramente, la mayoría de las piscinas públicas darían positivo probablemente en un examen de patógenos causantes de enfermedades, según Reynolds. Aunque a una piscina se le haga el mantenimiento y se le eche cloro adecuadamente, hablamos de MUCHAS personas en una cantidad PEQUEÑA de agua, con lo cual básicamente se crea un campo de cultivo.
“Dado que tantas personas van a las piscinas, existe un inmenso potencial de exposición si hubiese una bacteria o patógenos causantes de enfermedades. Por eso, una sola piscina es capaz de provocar un brote masivo”, dice Reynolds.
2. Todo lo que una persona tiene (sudor, suciedad, aceites, mugre, líquidos corporales) acaba en el agua.
Es cierto que la mayoría de las cosas no patógenas que salen de tu cuerpo son asquerosas y no te enfermarán solo por nadar en ellas. Pero si no beberías el agua con la que otra persona se bañó, tal vez deberías pensar dos veces si realmente quieres abrir la boca en una piscina.
Además, una sorprendente cantidad de personas es capaz de portar patógenos en el cuerpo sin que a ellas les hagan daño. Por ejemplo, alrededor de la mitad de la población es portadora del estafilococo áureo. Así que nunca sabes realmente en qué estás nadando.
3. El cloro mata a los gérmenes, pero no siempre puede sobrepasar la inmensa cantidad de personas que entran y salen de la piscina.
¿Viste cuando el cloro es tan abundante que aún lo hueles en tu piel después de salir de la piscina? Eso es bueno, en realidad, dice Reynolds. Mantener niveles apropiados de cloro es fundamental porque este químico es muy bueno para matar al estafilococo y otras bacterias malas. Pero esos niveles de cloro deben revisarse cada dos horas para asegurarse de que están en su punto debido, algo que no siempre ocurre.
“Es difícil mantener la concentración de cloro apropiada en un volumen de agua reducido y con una gran cantidad de personas que dejan gérmenes y heces”, dice Reynolds. De modo que a menudo ese nivel merma y es levemente ineficaz.
4. El cloro también pierde poder con cosas como el sudor, los protectores solares y los productos para la piel y el cabello.
“Todas las cosas que nos ponemos en el cuerpo, como cremas, champú, acondicionador, protector solar, etc., eliminan o absorben el cloro del agua, de modo que la concentración necesaria para matar todos los gérmenes acaba siendo menor a la necesaria”, dice Reynolds. Por eso es difícil mantener una piscina libre de gérmenes durante todo el día.
5. Hay demasiada caca en el agua.
“En una piscina pública o parque acuático repleto de gente, hay varios kilos de heces echados en el agua al final del día”, dice Reynolds. UNA ASQUEROSIDAD.
Esto se debe a que todos tenemos pequeños residuos de heces en el cuerpo, a menos que estemos completamente enjabonados o usemos el bidé a lo largo del día, dice Reynolds. Los adultos echan un promedio de 0,14 gramos de heces, lo que equivale al peso de una arveja, y los chicos pueden llevar hasta 10 veces esa cantidad, así que ¡10 arvejas de materia fecal!
6. La caca puede transmitir patógenos muy desagradables como la hepatitis A y la E. Coli.
La materia fecal portará cualquier enfermedad diseminada a través del recorrido fecal-oral, incluyendo bacterias como la E. Coli, la Shigella, la Campylobacter (intoxicación alimentaria) y la Vibrio. También puede transmitir virus como el hepatitis A y la tifoidea, y parásitos como el Giardia y el Cryptosporidium.
Aunque no te sientas enfermo, estos gérmenes pueden estar tu caca. Algunas personas hasta portan cepas de E. Coli que no los enferman pero pueden infectar gravemente a otras.
“Si creyéramos que el agua potable que tomamos tiene organismos fecales, entraríamos en pánico y nos quedaríamos con el agua embotellada. Pero no pensamos dos veces al poner la cabeza en una piscina contaminada con las mismas bacterias de la caca”, dice Reynolds.
7. La orina no te hará daño, pero sí hará que el cloro sea menos eficaz para matar otros gérmenes.
“Contrariamente a la creencia popular, la orina no es estéril, pero el tipo de bacteria de la orina que causa infecciones como las urinarias se mata muy fácilmente con el cloro”, dice Reynolds.
Sin embargo, aquí hay una trampa: con demasiada orina disminuye la concentración del cloro en el agua de la piscina, de modo que se vuelve menos eficaz para matar los gérmenes malos, como la E. Coli o la Shigella. “No hacer pis [en la piscina] contribuye realmente a nuestro propio bien y a la salud de las demás personas”, dice Reynolds.
8. En EE.UU., la mayoría de la gente no se ducha antes de nadar.
Podría parecer ilógico ducharse antes meterse al agua, pero de lo contrario la piscina se convierte básicamente en una bañera gigante llena de cuerpo sucios.
“Ducharse sirve para eliminar las bacterias y la materia fecal del cuerpo. También quita el sudor y los productos que disminuyen el efecto del cloro”, dice Reynolds.
Aparentemente, los estadounidenses son particularmente malos en esto, mientras que ducharse antes de nadar es una práctica bastante común en Europa”. Tal vez sea algo cultural, aunque esto es principalmente por el bien de nuestra salud y por nuestra seguridad”, dice Reynolds.
9. Muchos estudios han demostrado que los pañales de natación chorrean.
Hay un motivo por el cual existen las piscinas para bebés, y no tiene que ver únicamente con la seguridad. “El hecho es que los pañales de natación o para el agua no funcionan. Hemos hecho incontables estudios usando arena y colorante de comida, y sabemos que estos materiales se filtran indefectiblemente”, dice Reynolds.
Obviamente, los bebés y los niños menores deberían poder nadar con sus padres, pero si usan el pañal de natación, tal vez lo mejor para todos es que estén en la piscina para bebés, dice Reynolds.
10. Una persona que tuvo diarrea en las últimas dos semanas aun puede transmitir patógenos causantes de diarrea a la piscina.
Sí, dos semanas parecen una eternidad, pero el CCPEEU (en inglés, CDC) advierte que este es el tiempo durante el cual el cuerpo puede transmitir patógenos que causan diarrea. “Aunque te sientas mejor y no tengas síntomas puedes estar transmitiendo millones y hasta miles de millones de gérmenes diarreicos en la piscina”, dice Reynolds.
Dado que cada verano nadan en las piscinas 89 millones de personas, hablamos de mucha gente que tiene diarrea o que se está recuperando de ella y aún está transmitiendo sus gérmenes. Desafortunadamente, no muchas personas conocen esta regla o saben lo peligroso que es que caiga un poco de diarrea en la piscina, así que nunca abras la boca debajo del agua. Jamás.
11. Es mucho más común de lo que piensas que las feces de niños (no solo de bebés) acaben accidentalmente en la piscina.
Todos sabemos que los niños pequeños hacen pis en la piscina, pero Reynolds dice que también hacen popó (aunque sea un poquito) en el agua muchísimo más a menudo que lo que quisieras creer. O sea, todo el tiempo.
“Si la deposición es dura y maciza, tienes unos minutos para quitarla del agua antes de que se disipe. Pero si está floja, se diseminará de inmediato”, dice Reynolds. Y obviamente los chicos no siempre le dicen a un adulto que han hecho caca, por lo que podrían pasar horas antes de que alguien se dé cuenta de lo que pasó.
12. El Cryptosporidium, la principal causa de brotes por piscinas, es de hecho tolerante al cloro.
El Cryptosporidium es un parásito que causa enfermedades diarreicas graves que duran semanas; no existe una cura o antibiótico, por lo que solo tienes que esperar que se vaya. “El Crypto se transmite fácilmente a través de las heces y es la causa de la mayoría de los brotes de enfermedades del agua por sitios recreativos y hasta de algunas muertes cada año”, dice Reynolds.
El Crypto es mucho peor que los otros gérmenes porque es tolerante al cloro y puede sobrevivir durante días en el agua. También sale del cuerpo durante un largo tiempo después de que te enfermas, aun cuando te sientes bien, dice Reynolds. De modo que es probable que las personas que lo llevan a la piscina ni siquiera lo sepan. Y solo hace falta un poquito de heces contaminadas para que el crypto se disemine por toda la piscina.
13. Solo hace falta un poquitito de agua de piscina para enfermarte.
Piensa en cuánto evitas usar agua del grifo (aun para lavarte los dientes) en países sin instalaciones sanitarias. Deberías adoptar la misma mentalidad y tomar medidas de precaución similares con el agua de la piscina, dice Reynolds. Para que llegue a tu sistema, solo hace falta que te salpiques un poco con ella en la boca.
14. Los shocks de cloro pueden matar todos los gérmenes, pero no se hacen muy a menudo porque deben clausurar la piscina.
La hipercloración es una práctica utilizada para darle un “shock” al agua y matar todos los gérmenes y patógenos, incluyendo al Cryptosporidium. “Es eficaz, pero tienes que clausurar la piscina durante un día entero, al menos”, dice Reynolds. De modo que se trata de una gran molestia que genera muchos costos operativos para la piscina. Por eso, los shocks de cloro no se hacen constantemente.
15. La tasa de brotes de enfermedades por las piscinas va en aumento.
A medida que las piscinas se vuelven más populares y accesibles al público, se crean también más oportunidades para los brotes. “Hemos alcanzado el nivel más alto de la historia en cuanto a brotes de Cryptosporidium y otros patógenos surgidos en lugares recreativos acuáticos”, dice Reynolds. Por ejemplo, Reynolds dice que hubo 78 brotes documentados en el último año en 31 estados y el 74% de esas piscinas aprobaron los exámenes que miden el nivel de cloro.
Afortunadamente, “el CCPEEU está trabajando en un código de salud acuática modelo que sugiere pautas federales para las piscinas públicas”, dice Reynolds.
Así que disfruta la piscina este verano, pero trata de no abrir la boca.
Vía: Buzzfeed