En el Cisne Negro, Mila Kunis pudo demostrar que era mucho más que una actriz de comedia. Hasta el día de hoy, dicho personaje sigue siendo considerado como uno de los mejores de su carrera, sin embargo, para poder llevarlo a cabo tuvo que hacer algunas cosas más que sólo aprenderse sus lineas.
Como la mayoría sabe, la cinta trata del competitivo mundo de las bailarinas de ballet, lo requirió que tanto Kunis como Natalie Portman -la protagonista del filme- bajaran drásticamente de peso.
Además de pasar tres meses en un arduo entrenamiento con bailarinas profesionales, la actriz que pesa 53 kilos y mide 1.63 mts, tuvo que someterse a una peligrosa dieta que la tuvo pesando sólo 43 kilos.
En el día Kunis consumía sólo 1200 calorías y fumaba mucho más de lo recomendado, de esta forma logró bajar los kilos requeridos.
“No me maté de hambre. Traté de hacerlo en la forma más saludable posible, pero no recomiendo que nadie lo haga“, agregó.
Tras el rodaje de la película, Kunis intentó volver a ser lo que era. “Puedo ver por qué esta industria está tan jodida. Con 43 kilos me veía en el espejo y pensaba ‘¡Dios! No tengo forma, ni senos ni trasero. Sólo huesos’. Pensaba que eso se veía terrible, pero en fotos y en la película, me veía increíble“, reconoció.
En 2011 la actriz fue nominada como Mejor Actriz de Reparto por dicho papel, pero aunque no ganó estuvo feliz de haber recuperado su figura. “Creo que lo pase mejor que cualquiera, porque tomé e incluso bebí shots de tequila. Sabía que no iba a ganar. Ni siquiera cruzó por mi mente, no me importaba.”, apuntó.
Pero ella no ha sido la única que ha tenido que pasar por esta experiencia, pues conocidos son los casos de Christian Bale, Matthew McConaughey y Renee Zellweger entre muchos otros.
Actualmente Kunis lleva una vida saludable y se encuentra esperando su segundo hijo junto a Ashton Kutcher.