Sara Magnusson Backström de Gotemburgo, Suecia, pesaba 146 kilos cuando después de romper una silla en un camping al sentarse decidió contratar a una entrenador personal para bajar de peso.
En diez meses consiguió bajar hasta 80 kilos.
La mujer de 37 años comenzó a engordar tras el nacimiento de su hijo. Una vez dio a luz, se ‘enganchó’ a la comida rápida y durante 18 años la adicción a esta comida continuó.
El consumo de esta comida basura terminó cuando fue a comprar muebles para el jardín y mientras los probaba rompió una silla en la que se sentó:
“Fue muy humillante y me devastó. Fue en ese momento cuando decidí que tenía que hacer algo con mi peso”.
De esta forma, contrató a Fredrik Magnusson, un monitor personal con quien durante diez meses entrenó tres veces por semana.