Admítanlo esto es algo inevitable, en especial el punto número 4, quién no ha ido a comer patatas fritas luego de un entrenamiento salvaje, sí así de masoquista es el ser humano y definitivamente esto hará que te sientas totalmente identificado si entrenas en un gimnasio, echa un vistazo a continuación:
1. Mirar a alguien en el gimnasio mientras entrena.
2. Mirarnos en los espejos y luego tomarnos una selfie en el gimnasio.
3. No limpiar la máquina después de usarla.
4. Decirle a la gente del gimnasio que comemos sano, pero en realidad comemos comida chatarra.
Una foto publicada por Abi (@abi527) el
5. Distraernos completamente con lo que hay en la televisión hasta el punto de dejar de entrenar.
6. Hacer un esfuerzo mínimo cuando el entrenador dice específicamente que le demos todo.
7. Ver el monitor de la persona que está al lado para comparar las calorías quemadas/RPM/resistencia.
8. Y luego competir con ella.
9. Echarnos un pedo y evacuar de inmediato el área en caso de que otros miembros del gimnasio lo hayan olido.
10. Entrar a una clase de gimnasio, darnos cuenta de que nos equivocamos y volver a salir.
11. Usar el área de estiramientos para conversar en lugar de estirar.
12. O usar el área de estiramientos solo para revisar las notificaciones.
13. Levantar una pesa más pesada solo para verte más fuerte que la persona que está al lado.
14. Usar una máquina por más tiempo incluso sabiendo que alguien la está necesitando.
15. Convencernos de que estamos cansados del trabajo para poder irnos a casa cuando la verdad es que no podemos aguantar el entrenamiento hasta el final.
16. Juzgar a alguien por su forma o rutina de entrenamiento.
Aun cuando no eres quién para hablar y tal vez estás un poco celoso.
17. Pasar años tratando de tomarnos una foto posentrenamiento en la que nos veamos “radiantes” y no como un cerdo sudoroso.
Vía: Buzzfeed