Sus impecables piruetas en el aire, elegantes saltos acrobáticos y giros interminables parecen mostrar una flexibilidad casi sobrehumana.
Pero los entrenamientos para lograrlo a menudo dejan un reguero de lágrimas y sudor en el camino.
Ser gimnasta olímpico requiere un enorme sacrificio.
“Lo llamamos gimnasia feliz”, le dijo a Reuters Zhu Zeng Xiang, director de la Escuela de Atletismo Amateur para Jóvenes de Shanghái Yangpu, en China.
Sin embargo, estas fotos de algunos de sus pupilos muestran lo duro que puede ser.
Desde la década de los ’80, son conocidas en el país como las escuelas que crean campeones olímpicos.
En estas imágenes se pueden ver a niños llorando, esforzándose al máximo para no defraudar a sus maestros, ni a las personas que esperan que se conviertan en deportistas olímpicos. Pero en ciertos casos, estas cosas son más de lo que alguien normal podría soportar.
El sistema deportivo Chino ha sido sumamente exitoso desde que el país regresó a participar en los Juegos Olímpicos en 1980, y cuando en 2008 se celebraron en Beijing, ellos se llevaron la mayoría de las medallas.
Pero por suerte, la cantidad de niños que atraviesan este tipo de entrenamiento tan cruel y extremo ha disminuido en el último tiempo, y la intensidad de los ejercicios ha sido regulada.
Tú, ¿qué opinas de este tipo de escuelas?