Michelle Rodrigez será la protagonista de (Re) Assignment una película en la que interpretará a Frank Kitchen, un asesino que cae en las manos de un cirujano que opera al sicario para convertirlo en mujer. La elección de Michelle para este papel y la concepción del cambio de sexo como un castigo han calado muy mal en la población LGBTQ.
¿Por qué Michelle?
El fichaje de Michelle para este papel coincidió con la reciente asignación de Matt Bomer para interpretar a una mujer transgénero en la película Anything.
Tanto Michelle como Matt son personas cisgénero, es decir que se identifican con el género con el que nacieron. Bueno, Michelle, Matt y casi el 100% de los actores de Hollywood. Esta es la raíz del descontento.
Mientras que en Estados Unidos las personas trans* se enfrentan a tasas de desempleo que duplican las de la población general, su representación en cine y televisión es escasa. Y cuando abren las puertas para personajes trans*, los papeles son otorgados a actores cisgénero salvo contadas excepciones como la de Laverne Cox en Orange is the New Black.
Esto ya había ocurrido en 2014 con Jared Leto en Dallas Buyer’s Club y con Jeffrey Tambor en la serie Transparent. Por mencionar un par de casos.
Por otro lado, lo poco que se ha revelado del argumento de (Re) Assignment indica que la película cae en los mismos lugares comunes que tienden a alimentar la transfobia: la cirugía como un procedimiento nefasto y la actividad delincuente como trasfondo en el estilo de vida trans*.
Nick Adams, de la organización GLAAD (encargada de monitorear la representación en medios de comunicación estadounidenses), le comentó lo siguiente a The Hollywood Reporter:
“Es decepcionante ver a los realizadores convirtiendo lo que es un procedimiento médico para salvar la vida de las personas trans* en un argumento sensacionalista”.
La película será estrenada el 11 de septiembre en el Festival Internacional de Cine de Toronto.