¡El amor todo lo puede!
Una verdadera relación se basa en los valores, el respeto y la confianza que hay entre dos personas. Hanna Peterson encontró al amor de su vida de casualidad y el día que le pidió matrimonio fue uno de los mejores de su vida. Desgraciadamente, la vida no nos prepara para los momentos más inesperados… Un mes antes de la boda, la mujer tuvo un accidente automovilístico y quedó postrada en una silla de ruedas.
Hanna y Stuart están totalmente enamorados y han comenzando a compartir su vida desde aquel 25 de agosto cuando le dio el definitivo sí.
Pero, por inesperadas situaciones de la vida, un 18 de julio (justo un mes antes de la boda) Hanna sufrió un terrible choque en coche donde se quebró la pelvis en tres partes, se rompió las costillas yquedó parapléjica.
‘Atada’ a una silla de por vida, la mujer quedó totalmente devastada y comenzó a deprimirse muchísimo.
Stuart, su ahora esposo, estuvo siempre a su lado y prometió que el día de su boda sería así de perfecto como siempre lo soñaron. Es por eso que en su gran día, mientras que el papá de Hannaestaba acercándola al altar en silla de ruedas, él decidió acercarse y llevarla cargando.
Sí, así de hermoso y romántico.
Fue un gran momento porque entre la cruda realidad de que Hanna no podía caminar, el amor de su vida decidió que de cierta forma ella no lo sienta así y la mantuvo a su lado toda la fiesta.
La fotógrafa de la boda confesó a Huffington Post que ha sido uno de los momentos más emotivos que ha podido capturar entre dos personas que realmente se aman.
Hoy, Hanna se está recuperando y recibiendo tratamientos de a pocos. Felizmente y construyendo su hogar junto a Stuart. ¡Nunca olvidará ese gran día donde unió lazos con el hombre de su vida, para siempre… su para siempre!
