Los niños no tienen la misma expresión lingüística que los adultos. Ni tampoco la misma capacidad de introspección. Por eso, los psicólogos utilizan herramientas como los dibujos para conocer los sentimientos y las vivencias de los más pequeños. Y así pueden aflorar historias tan terribles como los de una niña brasileña de 5 años.

Los padres de la niña, residentes en la ciudad de Minas Gerais (Brasil), notaron que en las últimas semanas mostraba un cambio de conducta. Estaba más retraída, parecía triste y apenas hablaba. No se podían explicar esta situación. Hasta que vieron un dibujo que la nena había hecho. En él aparecía claramente la imagen de un adulto encima de alguien menor que mostraba un gesto de dolor.

Al parecer la niña acudió a unas clases de inglés impartidas por un pastor evangélico de 54 años. Todo marchaba con normalidad, hasta que un día la pequeña se negó en redondo a ver al profesor.

Este hecho coincidió con el cambio de conducta y su retraimiento, por lo que los padres decidieron acudir a un psicólogo en busca de ayuda. Y aunque el terapeuta la vio durante semanas, no consiguió sacarle ni una sola palabra de los terribles hechos por los que tuvo que pasar. Pero esta visita al psicólogo no fue en balde: el profesional advirtió a los padres que algo andaba mal y que estuvieran muy atentos a cualquier señal extraña que emitiera su hija, ya fuera una mala respuesta o un dibujo.

Así, cuando los progenitores vieron el macabro garabato acudieron rápidamente en ayuda del psicólogo. Y esta vez sí, hizo que la niña se sintiera a gusto y confesara el horror vivido. La pequeña entonces dibujó 6 terroríficos dibujos en los que se podían apreciar escenas como tocamientos o sexo oral. En todos aparecía un hombre sonriendo con el pene erecto y una niña llorando.

Fue entonces cuando los padres acudieron a la policía local a contar los hechos. Los agentes detuvieron el pasado jueves a Joao da Silva, que ejercía como pastor protestante en la iglesia evangélica Montes Claros. El pastor se enfrenta ahora a una pena por abusos sexuales a menores.

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