El experto en teorías conspirativas y cazador de ovnis, británico Max Spires, de 39 años, se encontraba en Polonia para dar una conferencia sobre sus diferentes investigaciones y teorías, cuando, según las autoridades del país, ha muerto por causas naturales.
Su madre y sus amigos más cercanos no creen que la muerte haya sido natural, ya que justo antes de morir Max vomitó un extraño líquido negro.
Creen que Max ha sido asesinado por investigar conspiraciones gubernamentales y por acercarse demasiado a la verdad acerca del fenómeno de los ovnis.
Si madre afirma que días antes de la muerte, Max le envió un mensaje que decía: “Si me ocurre algo, que lo investiguen”. Su familia argumenta que el hombre se encontraba en perfecto estado de salud, algunos llegaron a especular que el ufólogo fue envenenado.
“¿Si no fuera cierto aquello de lo que hablaba, por qué habrían de matarlo? Las personas sanas no se enferman y mueren de la nada, son envenenadas”, sostuvo el bloguero Craig Hewlett.
“Creo que Max había estado cavando en algunos lugares oscuros y temo que alguien lo quisiera muerto”, comentó la madre. La misma asegura que lo único que tiene es un certificado de defunción de las autoridades polacas y que no se realizaron inspecciones ‘post mortem’.
Pese a todas las sospechas, Nick Pope, periodista y un importante especialista en ufología, sostuvo que las teorías conspirativas son tan solo eso. “La muerte de Max Spiers fue una tragedia, pero después de haber dirigido el proyecto sobre ovnis del gobierno del Reino Unido, juro que no andamos por ahí matando a los investigadores de ovnis”, escribió en su cuenta de Twitter.