La generosidad sin límite, la victoria sobre la enfermedad y el florecimiento del amor entre dos extraños son los tres componentes de una singular historia de vida y solidaridad que protagonizó una pareja en Illinois.
En 2014, Heather Krueger fue diagnosticada con una avanzada enfermedad hepática. Ella tenía entonces 25 años y el severo daño que presentaba su hígado le daba pocas esperanzas de vida, pocos meses a lo sumo.
Su única opción de salvación era un trasplante pero, como narra The Washington Post, ella no tenía un donador disponible. El hígado humano tiene la prodigiosa capacidad de regenerarse y por ello es posible que una persona done en vida parte de su órgano para beneficiar a un enfermo.
Pero todas las personas que se examinaron como posibles donantes para apoyar a Krueger no resultaron compatibles y la lista de espera para un órgano proveniente de una persona fallecida es muy larga y ella no estaba en las primeras posiciones.
El panorama para la joven era desolador.
Fue cuando apareció Chris Dempsey, un exmilitar y ahora oficial de inspecciones urbanas de la localidad de Frankfort, Illinois. Él oyó en su oficina que la prima de uno de sus compañeros de trabajo agonizaba por la falta de un donante de hígado y decidió prestarse como voluntario.
Dempsey no conocía a Krueger y ciertamente tampoco sabía si sería compatible para donarle un pedazo de su hígado, pero el hombre no dudó y pese a los temores de sus propios familiares (su madre, cuenta el Post, estuvo inicialmente nerviosa) se presentó y se hizo los exámenes correspondientes.
Dempsey resultó ser compatible y decidió donarle a Krueger la mitad de su hígado. La joven recibió la noticia con emoción aunque le pareció al principio increíble y maravilloso que un extraño de repente hubiese llegado para salvar su vida. Y cuando se conocieron comenzó a surgir algo entre ellos, si bien al principio en los sentimientos de la joven todo estaría mezclado con el agradecimiento por la donación y la necesidad de realizar la cirugía para salvar su vida.
En 2015, finalmente, ambos entraron a la sala de operaciones. Los cirujanos cortaron la mitad del hígado de Dempsey y lo colocaron en Krueger en sustitución de su órgano dañado. El trasplante, como cuenta la televisora CBS fue un éxito y la recuperación y regeneración del hígado se dio satisfactoriamente en ambos pacientes. Krueger obtuvo una nueva oportunidad de vida y Dempsey se volvió, sin duda, un héroe.
Pero ese gesto salvador y singular fue solo el comienzo. Ambos se mantuvieron en contacto y el amor surgió entre ellos. En diciembre pasado, cerca de un año después de la operación salvadora, Dempsey le propuso matrimonio a Krueger durante un romántico paseo en carreta por Chicago.
La historia de generosidad y amor de la pareja tuvo, así, un nuevo paso feliz. Hace unos días, a principios de octubre, se casaron y unieron, aún más, sus vidas. Hoy, además de compartir el hígado, también comparten el corazón.
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