Hoy es el día en el que el mundo ha despertado. Después de meses en los que todos (o casi todos) los medios de comunicación hacían chanzas y ridiculizaban a un hombre que creían incapaz de salir elegido, éste se convertía en la persona más poderosa del mundo. Como explicaba un artículo de The New York Times, la prensa le había regalado una promoción inusitada al candidato republicano. Por otro lado, la ciencia demoscópica salía gravemente herida: este año todas las predicciones y encuestas políticas importantes han fallado.
Pero una vez superada la sorpresa, hemos de asumirlo: Donald Trump es el Presidente de los Estados Unidos. Y ahora que lo que parecía una ficción es real, toca ponerse serios y rescatar de entre sus declaraciones llenas de falacias e insultos las propuestas políticas reales que el candidato ha ido anunciado.
Medidas sociales
Eliminar la normativa de verificación de antecedentes de las personas que compren armas de fuego.
Detener la acogida de refugiados sirios.
Crear una base de datos para los refugiados sirios. También, posiblemente, para los musulmanes del país.
Reducir la libertad de movimiento de los musulmanes. Posiblemente vetar su entrada en el país y aumentar la vigilancia de los que ya vivan en Estados Unidos.
Está abierto a la idea de cerrar algunas mezquitas.
Intentará modificar la Primera Enmienda. La idea es restringir las libertades de prensa.
Eliminar la financiación de Planned Parenthood, el mayor proveedor de servicios reproductivos del país (cada año a más de dos millones de personas) y que, entre otras cosas, gestiona el aborto.
Medidas geopolíticas
Trump ha hablado profudamente cómo la relación estratégica de Estados Unidos con Oriente Medio, Corea del Norte y China debe cambiar radicalmente.
“Bombardear a ISIS hasta los cimientos”: una persecución aún más activa de los terroristas en Oriente Medio.
Reactivar métodos considerados tortura según las leyes internacionales.
Medidas económicas pronacionalistas
Se renegociará el NAFTA o Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Se suspenderá también la participación de Estados Unidos en la TPP o Acuerdo de Libre Comercio.
Revisar múltiples tratados comerciales internacionales que “no favorecen a los trabajadores estadounidenses”.
Cambiar radicalmente la relación económica con China: se impondrá una subida arancelaria a las importaciones de China para que la producción nacional salga mejor parada. Trump quiere “traer los trabajos de vuelta” a América.
Reinvertir en infraestructura norteamericana. Trump ha declarado buscar un gasto público de hasta un billón de dólares (“trillion” para los anglosajones) en puentes y carreteras. Según el actual Presidente, sin subida de impuestos para los contribuyentes.
El famoso muro: Aunque ha declarado que los mexicanos tendrían que pagar por el muro, es más probable que, de llevarlo a cabo, se financie a través de impuestos norteamericanos.
Modificación radical del Obamacare.
Romper la regulación que impide a las aseguradoras sanitarias que sus planes sean nacionales. Ahora mismo, estos planes tienen una limitación geográfica circunscrita a los Estados.
Se detendrá la financiación de los proyectos espaciales.
Eliminará la laguna legal del “interés devengado” o “participación diferida”, uno de los errores tributarios más flagrantes de su código y que, entre otras cosas, promovía el capital riesgo. Es una medida con la que tanto voces republicanas como demócratas estaban de acuerdo.
Medidas en torno al cambio climático
Trump quiere anular el acuerdo climático de París. Trump no quiere que Estados Unidos se comprometa a reducir las emisiones de carbón, pide menos regulaciones sobre este aspecto.
También llevar adelante el plan de construcción del Keystone XL, un oleoducto entre la provincia de Alberta en Canadá, hasta refinerías en Illinois y Texas.
La Agencia de Protección Medioambiental podría desaparecer.
Medidas personales
Procesará a Hillary Clinton por su escándalo del uso del e-mail privado mientras trabajaba como Secretaria del Estado.
Elegirá a nuevos jueces para la Corte Suprema, unos nuevos representantes que son, en sus palabras, “unos geniales eruditos legales”.
Para sus cuatro años de mandato, el nuevo Presidente se compromete a no tomarse vacaciones.
“Si me convierto en Presidente, volveremos a decir ‘Feliz Navidad’”.