Nunca hay que perder de vista a un niño. Ni siquiera cuando es un bebé. Buen ejemplo de ello es el terrible suceso que ha tenido lugar en la ciudad de Aktau, en Kazajistán. Allí, una bebé ha fallecido tras manipular el cargador del móvil de su madre, que dormía a su lado.

Al parecer, la mujer dejó su móvil cargando y se quedó dormida en el sofá. Su pequeña empezó a jugar con el cable y se lo llevó a la boca para mordisquearlo, con tan mala suerte que lo peló por completo, recibiendo así una descarga que resultó fatal.

Cuando la mujer se despertó, encontró a la niña tirada en el suelo, completamente inerte. A pesar de que rápidamente llevó a su hija al hospital, los médicos solo pudieron certificar su muerte por electrocución. 

Según informa el diario inglés Mirror, el caso se ha hecho público gracias a una serie de fotografías del cuerpo de la bebé que ha compartido una enfermera del centro hospitalario al que acudió la madre. La trabajadora sanitaria ha subido las imágenes a las redes sociales para advertir a todos los padres de que no deben desatender a sus hijos ni un solo minuto.

Sin embargo, usuarios expertos en electricidad indican que un cargador de teléfono no es tan peligroso como para matar a un bebé:

Green F: “Pues vale, si dicen eso, pues vale, pero 5 voltios y 250 /500 miliamperios no creo que sean capaces de electrocutar a nadie. Por otra parte, las quemaduras que aparecen en las manos de la niña de las fotos, son descargas mucho mayores, como la corriente de un enchufe de casa a 220 voltios y la tira de amperios y que además la instalación no tuviese ningún tipo de protección diferencial.”

Phelinux: La saliva puede influir sólo si son más de 45-50 voltios. Por otro lado, no sabemos cómo era el cargador (quizá tenía un cable que llevaba la corriente desde la pared hasta el circuito rectificador y ese cable fue el que mordió).Como bien dice Green F, las instalaciones eléctricas siempre deben estar protegidas por un interruptor diferencial para evitar accidentes mortales.

Con la llegada de los teléfonos móviles sumergibles, los casos de electrocución con periféricos de este tipo de aparatos están proliferando. A principios de este año, una adolescente rusa de 14 años falleció  mientras se daba un baño al caérsele al agua una regleta en la que estaba cargando su móvil.