Para muchos el 25 de diciembre es un día para pasar celebrando en familia, sin embargo, para otros es una fecha oscura que lejos de traer alegría sólo les recuerdan el dolor.
Eso pasaba a principios del siglo XX con los habitantes de Germanton en Carolina del Norte, quienes por años no lograban olvidar uno de los crímenes más horrorosos de los que se había conocido hasta ese momento. En 1929, un hombre asesinó a su esposa y seis hijos en Navidad, sin razón aparente.
La historia de la familia comenzó cuando Charles Davis Lawson le pidió matrimonio a una joven 20 años menor que él, llamada Fannie Manring. Pasaron los primeros años de casados en Lawsonville, una comunidad no aceptada en la época, según consigna el portal Murderpedia.org.
Muy pronto comenzaron su familia, sin embargo, la tragedia los azotaría en 1914 con el nacimiento de su tercer hijo. El niño llegó al mundo con una enfermedad desconocida que le quitó la vida a los pocos años.
Una nueva vida
En 1918 la familia decidió darle un giro radical a sus vidas y en busca de mejores horizontes, partieron a Germanton, siguiendo los pasos de los hermanos menores de Charles, quienes buscaban trabajar en la cosecha de tabaco.
De esta forma comenzaron a desempeñarse en una granja y se ganaron fama de buenos empleados. Los Lawson eran personas rurales pero cordiales, nunca se les vio en problemas y Charles siempre trabajaban más que el resto para poder ahorrar y comprar su propia tierra, lo cual logró en 1927 en el área de Brook Cove Road.
A pesar de no tener mucho, la pareja parecía feliz con sus hijos: Marie (17), Arthur (16), Carrie ( 12), Maybell (7) James (4) Raymond, (2) y Mary Lou (4 meses).
Navidad
Pocos días antes de la navidad de 1929, Charles llevó a su familia a comprar ropa nueva y tomarse un retrato familiar, algo poco común en granjeros de la época, especialmente por el complejo momento económico mundial que se vivía en esos días.
Según consigna New York Daily News, esa ropa se convertiría en sus trajes mortuorios.
El 25 de diciembre de 1929, Carrie y Maybell fueron enviadas a la casa de sus tíos que vivían cerca de ellos. Esa fue la última vez que fueron vistas con vida, pues a su regreso su padre las estaba esperando cerca del granero donde guardaba el tabaco.
Cuando le dieron la espalda, Charlie disparó a las niñas y luego se aseguró que estuviese muertas golpeándolas con una piedra. Luego escondió los cuerpos en el mismo granero.
Tras el parricidio, regresó a la casa donde le disparó a su esposa Fannie, que estaba sentada en el porch de su hogar. Los sonidos de los disparos alertaron al resto de los niños quienes intentaron esconderse, pero su padre los fue encontrando y disparando uno a uno.
La última víctima fue la bebé de cuatro meses, quien al parecer habría sido golpeada hasta la muerte. Luego de cometer los crímenes, Charles se fue al bosque donde se suicidó algunas horas después.
El único sobreviviente de la familia fue Arthur. El adolescente de 16 años había sido enviado hacer unas diligencias, lo que cual le salvó la vida.
Él encontró los cuerpos de su madre y hermanos con los brazos cruzados y rocas tras la cabeza. Tras dar aviso a la Policía descubrieron el cuerpo del asesino junto a varias huellas de zapatos, lo que indicaría que el hombre caminó de un lado a otro nerviosamente y posiblemente sin creer lo que había hecho.
Teorías
El motivo de las muertes se desconoce hasta el día de hoy, pues Charles no era millonario, pero tampoco tenía deudas importantes. Por ello se barajaron dos teorías.
Una de ellas aseguraba que el hombre habría violado y dejado embarazada a Marie, su hija de 16 años. Para esconder la vergüenza de su incesto y evitar que su familia quedara marcada, habría decidido matarlos a todos.
La otra hipótesis aseguraba que el hombre sufrió un accidente pocas semanas antes de morir, lo que le habría provocado un fuerte trauma que lo hizo comportarse de manera errática.
Esta teoría se derrumbó cuando el hospital Johns Hopkins realizó la autopsia y no encontró nada.
El morbo lucrativo
Al funeral de la familia asistieron cientos de curiosos que acompañaron a los cercanos de las víctimas. Hasta el día de hoy sus tumbas son visitadas por turistas.
Poco después de los asesinatos, el hermano de Charlie convirtió la casa donde ocurrieron los homicidios en un centro de atracción turística, incluso se exhibía una torta que había horneado Marie para navidad, el cual fue preservado con un cristal.
Con el tiempo la casa fue derribada, sin embargo, muchos aseguran que el terreno quedó maldito y dicen haber visto a los espíritus de los niños.