“Me sentí muy mal, a tal punto que sentí la necesidad de cerrar las cortinas y esconderme. Estaba muy ofendida”.
Una mujer de 22 años fue tratada de una forma inaceptable y llegó a sentirse “sucia, avergonzada y muy ofendida” después de que dos de sus compañeros de universidad decidieran compartir una foto de perfil de ella con otros dos amigos y estos hablaran sobre lo que les gustaría hacerle.
La chica no le había enviado la imagen a ninguno de ellos, simplemente la habían tomado de sus redes sociales.
Ella conocía a dos de los cuatro sujetos, pero solamente de haberlos visto, ya que eran compañeros de universidad. Los otros dos eran completos desconocidos.
Los chicos se habían dedicado a compartir fotografías de ella, analizarlas y bromear de forma obscena sobre lo que le harían. Fue allí que se les ocurrió la brillante idea de añadirla al chat de Facebook sin darse cuenta de que ella podría leer todo lo que habían dicho incluso antes de añadirla.
La chica, estudiante de leyes y llamada Eleanor, le aseguró a The Sun que se encontró muy sorprendida cuando una noche, después de salir de la ducha, encontró su teléfono lleno de mensajes.
“Los abrí y descubrí que me habían añadido a un chat grupal. El estómago se me fue a los pies y me sentí muy mal, a tal punto que sentí la necesidad de cerrar las cortinas y esconderme. Me sentí sucia, avergonzada y muy ofendida”.
La chica compartió las capturas de pantalla en Facebook y las acompañó del siguiente mensaje: “Saludemos a mis compañeros de la Universidad de Melbourne. Esta es la razón por la que moriré siendo feminista. Estamos en 2016, tenemos que volver a hablar sobre la igualdad de género”.